El CAI Zaragoza lanzó una moneda al aire y, tras rodar de canto un buen rato, terminó cayendo de cara. Carlos Cabezas cogió el balón en la última posesión, a falta de 12 segundos y, como ha hecho toda la vida, botó y botó ante Javi Rodríguez hasta que vio la oportunidad de avanzar hacia canasta, hizo un reverso y dejó en bandeja el balón de la victoria que vale volver a instalarse en el playoff. Decimocuarto triunfo de la temporada, octavo seguido en el Príncipe Felipe, donde no gana nadie desde que lo hiciera el Gescrap Bilbao el 19 de diciembre, y un triunfo de mérito ante un gran rival.

El Assignia Manresa hizo un gran partido, mejor que el CAI en algunas fases. Sacó ventaja de Doellman, no solo por su calidad sino por la ausencia de un defensor claro en el conjunto aragonés. Sufrió el CAI sin Aguilar, Almazán se vio desbordado por el norteamericano, y tuvieron que ser los cincos los que se repartieran el trabajo de frenarle. El equipo de Ponsarnau jugó bien y bonito, que no siempre es lo mismo, enseñó grandes acciones ofensivas culminadas de manera espectacular por el propio Doellman, Downs o Asselin.

El CAI sufrió en defensa en la primera mitad, permitió jugar demasiado fácil a su rival, y en la segunda regaló hasta 14 balones. El conjunto aragonés terminó el encuentro con 20 pérdidas, 14 de las cuales se produjeron en la segunda mitad. Demasiadas concesiones ante un buen adversario. En ataque, el CAI se enganchó a Hettsheimeir en la primera parte y al trabajo colectivo en la segunda. El brasileño comenzó como un ciclón. Hizo 14 puntos --su media de la temporada-- en solo ocho minutos y medio de juego, ganando la batalla interior y también la exterior, ya que anotó incluso dos triples.

LAS ROTACIONES Sin Aguilar, Almazán saltó al quinteto titular, pero se vio incapaz de frenar a uno de los mejores cuatros del torneo, Doellman. Mejoró algo el equipo con Fontet en pista, pudo contener mejor a los interiores manresanos, y Archibald hizo también un buen trabajo de brega bajo el aro. Con Almazán en la rotación interior, quedó disminuida la exterior, lo que dio minutos de nuevo a Javier Marín. El joven base tuvo casi cinco minutos y aportó cosas interesantes, se hizo con tres rebotes y dio una asistencia, aunque todavía no le toca mirar hacia canasta.

El 38-32 del descanso fue la máxima diferencia con la que pudo hacerse el CAI, que no ofreció sensación de dominio en ningún momento. Le costó llegar a esa distancia y la perdió en apenas minuto y medio del inicio del tercer cuarto. Doellman, él solito, hizo un parcial de 0-8, volteó el marcador y dejó paso a 18 minutos de emoción e incertidumbre, en los que el Manresa volvió a enjugar una diferencia de seis puntos (65-59). El equipo catalán perdió a Downs por faltas personales, lo que no le impidió seguir con opciones de victoria. En el último minuto se quedó sin Doellman por el mismo motivo y llegó el turno de Cabezas. Primero con dos tiros libres a falta de 19 segundos y luego con la bandeja ganadora cuando apenas quedaban tres. La moneda cayó de cara.