Juanjo Camacho es leyenda viva del Huesca. Con más de 300 partidos disputados (301) con los oscenses en las ocho temporadas que lleva defendiendo la elástica azulgrana, el jugador zaragozano se ha convertido en el estandarte del nuevo proyecto que quiere dar con el Huesca en Segunda División.

Con 34 años a sus espaldas el centrocampista se encuentra en uno de sus mejores momentos tanto a nivel individual como colectivo. En el plano personal goza de un papel fundamental en el esquema de Tevenet, sumando ya siete goles en trece partidos, a lo que se le une la buena trayectoria de su equipo, líder tras encontrar la regularidad en las tres últimas jornadas. "Somos un equipo nuevo que necesitaba adaptación. Estamos yendo de menos a más y con el hambre que tenemos y el trabajo constante podemos hacer grandes cosas y cumplir con nuestros objetivos", comenta Camacho.

Con el ascenso como objetivo principal, para el capitán los dos pilares básicos del éxito dependerán del trabajo en los entrenamientos y de la ilusión que generen en la afición. "El trabajo con el mister está siendo exigente y la gente acude al Alcoraz, por lo que se juntan dos ingredientes importantes", sentencia.

En cuanto a la trayectoria personal del jugador, Camacho superaba el pasado domingo los 300 partidos con los oscenses. Días antes el club le había preparado un emotivo homenaje para reconocer su recorrido profesional. "Solo tengo palabras de agradecimiento hacia el Huesca por la confianza que me han dado todos estos años y a la gente de la ciudad que me ha arropado siempre", explica.

Durante sus ocho temporadas en Huesca, Camacho ha tenido la oportunidad de probar las mieles del éxito y los sinsabores del fracaso. Sus mejores recuerdos le retrotraen a los años del equipo en Segunda: "Cualquiera de las permanencias que hemos conseguido han sido muy valoradas, pero la salvación del segundo año, donde tuve la posibilidad de contribuir con goles, ha sido el momento más feliz desde que estoy aquí". Sobre los fracasos, Camacho recuerda el último descenso. "Nos la jugábamos en el último partido ante el Recreativo y no fuimos capaces de sacar adelante el encuentro. Fue un palo bastante duro porque ascender había costado mucho y nos costó levantarnos", lamenta el zaragozano.

Como premio a su trayectoria, Camacho atisba en el horizonte más cercano el histórico partido ante el Barcelona en Copa. "Seguro que afición y jugadores disfrutaremos de esta experiencia única para el club y demostraremos que en Huesca se respira fútbol".