El Zaragoza recibe al hasta ayer líder de Segunda --le pasó el Sporting al ganar al Eibar-- con el zurrón de dos triunfos seguidos, pero en una inmensidad de dudas, reflejadas en la monumental bronca que Paco Herrera dirigió a sus jugadores pidiéndoles, literal y textualmente, más garra, alma, carácter y cojones. Más escenificado o menos, aunque no parece el técnico amigo de poses baratas como otros que le precedieron, en el rapapolvo se vio que no está contento con el rendimiento de su equipo, pero tampoco con su intensidad e implicación. Herrera asume que aún no ha dado con la tecla. Y hoy llega el Recre, henchido con sus 13 puntos, pletórico tras tres triunfos, con ocho goles a favor y cero en contra. Lanzado, vamos.

No hace falta ser el entrenador del Zaragoza para saber que, al nivel de Valdebebas, la victoria es jugar a la lotería. Y ésta ya tocó allí. Y tampoco es necesario ser el mayor experto para ser consciente de que si el equipo no arranca y sigue mostrando esa imagen lánguida, sin un gramo de fútbol y con tanta inconsistencia, el ascenso, el que debe ser único objetivo, es una quimera, por mucho que la mediocridad de esta Segunda, su bajo nivel, facilite esa meta. De ahí, los nervios del técnico, que desea que su Zaragoza arranque de una vez, dé ese cambio radical del que solo ofreció una pincelada efímera ante el Tenerife.

La bronca de Herrrera a sus jugadores marcó una semana donde Agapito destapó su capacidad de meterse en líos, esta vez con Lobato, tan fichado como lesionado, y en la que la victoria en Valdebebas solo trajo cierta tranquilidad numérica, en la tabla, con los ocho puntos que hacen que el Zaragoza tenga opciones de dar hoy un salto que le coloque en la zona noble, rozando ya los puestos de promoción. Sin embargo, el valor de ese triunfo ante el líder sería más grande si cabe por su espaldarazo anímico para un grupo que da pocas señales de vida. Y si ya venciera jugando bien al fútbol...

ACEVEDO, NOVEDAD Herrera retoca ligeramente la fórmula de Valdebebas. Salvo que un dolor de cabeza o un tropezón de última hora se lo impida, Víctor será merecido titular tras resolver el pleito en Madrid, donde un catarro le sacó del once y le dio un cuarto de hora, suficiente para resolver el choque. Los buenos tienen que jugar desde el inicio y el catalán, además, está con el santo de cara. Por ahí no hay debate posible, ni revulsivos ni gaitas. Con la misma zaga, la menos mala dadas las circunstancias, con Paglialunga fijo y recuperado de sus molestias y con Henríquez y Montañés arriba, aunque el extremo debe empezar a convencer más a Herrera, la novedad llega en la medular, donde ahora, en el carrusel de modificaciones, parece tocarle el turno a Acevedo, gracias a su buen tramo final ante el Castilla. Movilla sería el damnificado.

Enfrente, un Recre con viejos conocidos, como Linares, su referencia, y Cabrero, su meta. Aragoneses y zaragocistas que tuvieron que emigrar porque veían que el paso al primer equipo era un salto al vacío. El momento de Linares, por cierto, es excelso, con fútbol y goles. Arana y Jonathan Valle completan el tridente de ataque que Sergi presentará en La Romareda. Otro exazulgrana ilustre metido en los banquillos pasará hoy por el Municipal. Su Recre ha mejorado con respecto al curso pasado, es más consistente y ha tenido esta semana un merecido líderato. Es una prueba de fuego para este Zaragoza que no arranca.