Aragón es un verdadero paraíso de las vías ferratas. Todos los valles más importantes cuentan con estas instalaciones deportivas en las que los practicantes recorren paredes colgados del abismo. Uno de los pocos rincones que carecían de estas infraestructuras era el Valle del Aragón. Pero gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Canfranc y la empresa Aragón Aventura, se ha cubierto esta laguna y hace dos fines de semana se inauguró la denominada Vía Ferrata Canfranero.

Las vías ferratas se popularizaron en los Dolomitas italianos. "Es un macizo fronterizo con Austria. Los militares italianos equiparon algunas paredes con escaleras, puentes, pasamanos o clavijas para desplazarse en tiempo de guerra. Ahora se dedican al ámbito turístico", explica Juan Bazán, responsable de Aragón Aventura.

El trabajo de la construcción de la Vía Canfranero comenzó en febrero y finalizó hace un mes. "Ha sido una ardua labor sobre una roca muy dura. Es la cantera que se utilizaba antiguamente para sacar piedra para la construcción del Canfranero". Bazán explica las características de esta aérea ruta. "Es de iniciación. Tiene 90 metros de altura, un recorrido entre subida y bajada de 110 metros y se han equipado otras dos vías de escalada de iniciación". El acceso es muy sencillo y está casi a pie de carretera. "Lo bueno que tiene es que está a lado del pueblo y no hay que hacer un largo desplazamiento. Está en el párking del túnel del Canfranero. En el inicio hay un panel informativo que indica el equipamiento que es necesario emplear", dice Juan Bazán.

Amplia oferta

Hace unos años Aragón Aventura recuperó las vías de escalada de Canfranc en Coll de Ladrones. "También recuperamos los barrancos del valle. Los equipamos para que se bajaran con seguridad. Son los de Aguaré, Portiacha, Aragón... Ahora el valle tiene una amplia red de turismo activo", dice.

A la presentación acudieron 35 personas entre guías y practicantes de todas las edades. "Les hemos incluido en nuestras actividades. Realizamos por la mañana una salida a las diez y otra a las doce y, por la tarde, a la cinco. Es bastante económico y tendrá un precio de 18 euros por persona con el cursillo de vías ferratas, el alquiler de material, el seguro y el guía especializado. La duración de la actividad es de hora y media. En cada turno intentaremos que cada guía lleve como máximo cinco clientes", apunta Bazán.

El peligro de accidente está minimizado realizando la aérea travesía en compañía de los guías especializados. "El riesgo se reduce muchísimo. Puedes tener un resbalón o darte un golpe en una pierna. Pero vas asegurado de arriba a abajo. Si vas con un guía, te aguanta su cuerda. En el cursillo acostumbramos a que la gente que confíe en los sistemas de seguridad".

La empresa jacetana fue una de las impulsoras en Aragón de esta modalidad deportiva. "Somos los pioneros en Aragón. Hace una década realizamos un proyecto y se lo propusimos a Luis Estaún, alcalde de Biescas y responsable de la Dirección de Turismo hace una década". Lleva 18 años realizando actividades de vías ferratas, guiando a clientes por las rutas más vertiginosas de los Alpes.

Una de las actividades con mayor aceptación en la empresa es la practica de vías ferratas. "Ofertamos los itinerarios en Riglos, Peña Ruaba, Mirador de los Buitres, Sorrosal, Articalena, la Foradada del Toscar, Santa Elena, la Virgen, Peña Juntas y Sacs. "Obarra la tenemos que testar para ver cómo está terminada y Olvena es sencilla, larga y se combina con la escalada", dice.

Los primos hermanos de las vías ferratas son las clavijas ubicadas en Ordesa. "No es el mismo concepto. Son equipamientos eventuales que se colocaron hace más de un siglo para facilitar el paso de cazadores de España a Francia. Se pusieron unos pitones en la pared para que se pasara con cierta seguridad. Ese es el orígen de Cotatuero y ahora solo los utilizan los turistas y montañeros", dice Bazán.