--Menos de una semana en el club y la primera decisión de calado como consejero del área deportiva ha sido la incorporación de Martín González.

--Es un gran conocedor del mundo del fútbol, lo que necesita el club y responde a ese perfil buscado. Me ha sorprendido ver su nombre en prensa incluso antes de decidir yo entrar en esta aventura, pero en España solo hay dos o tres secretarios técnicos de ese nivel. Las referencias que tenemos de él son extraordinarias.

--Usted, Martín González y Víctor formarán el área deportiva.

--Sí, así es, porque ya hay que centrarse en otras cosas, sobre todo en la primera plantilla. Con esta incorporación se cierra ese apartado del club.

--¿Y qué papel hará usted?

--Ellos son los técnicos y yo tengo que ser un facilitador de las actuaciones. Para Martín, facilitar en lo posible el acceso a otros clubs con los que vamos a negociar, aunque casi es él quien me va a introducir a mí, porque su experiencia y la consideración que tienen hacia él es máxima en otros equipos.

--Hay mucho trabajo por hacer

--Muchísimo. Primero tenemos que priorizar las salidas e ir complementando con los fichajes. Queda poco tiempo.

--Los nombres de salidas están claros. Abraham, Barkero, Javi Álamo, Paglialunga, Fernández.... Todos cobran más de 200.000 euros, el tope salarial.

--Son buenos jugadores, pero su salida es obligada salvo que se llegara a un acuerdo para su salario que es muy difícil de conseguir porque tienen sus aspiraciones, sus contratos. Hay que buscar una solución conjunta y cumplir con los intereses de ambas partes. Si esas salidas se enquistan podemos empeorar la situación financiera, el margen de maniobra.

--¿Hay algún caso más avanzado para una salida inmediata?

--He hablado con el representante de Paglialunga y le aprecié una sensibilidad y una clara intención de ayudar a solucionar el problema. Si eso lo encontramos en otros, será más fácil. Y si no, será más difícil.

--¿Víctor es un caso diferente?

--Aporta otras cosas, tiene calidad y podría quedarse, pero su ficha es inasumible para nosotros. En esas condiciones, no puede quedarse. Y si algún equipo decide contar con Víctor Rodríguez y mantener su salario poco vamos a poder hacer.

--¿Se le va a proponer renegociar su contrato?

--Se le va a proponer a todo el que no pueda o no quiera salir.

--Solo hay 12 con contrato del primer equipo y varios van a salir, pero en la portería están Whalley y Alcolea. ¿Se busca portero?

--Hacen falta refuerzos en todas las líneas. En todas. El entrenador quiere disponer de un portero con mayor experiencia, con bagaje en Primera y, si es por nosotros, lo tendrá.

--El problema es el límite salarial...

--El límite es muy claro y el nuestro es muy bajo, mucho más que otros equipos de Segunda. Lo marcan los ratios financieros. La cantidad es extraordinariamente pequeña y además hay salarios ya comprometidos altos. Así que una cosa es lo que queramos y otra lo que se pueda hacer.

--El límite salarial está en 2,7 millones. ¿Se puede subir algo con los traspasos que se hagan?

--No, en este momento no se va a subir. Se calcula con las cuentas que hay, no se puede revisar a cada poco tiempo, porque igual que hay partidas que suben otras bajan. Es un control muy serio, riguroso, pero también bueno para el fútbol español. Hoy nos perjudica, pero en otras situaciones nos vendrá bien. La realidad es que podríamos hacer valer estos posibles traspasos, por ejemplo, para el mercado de invierno. Ahora no, aunque nos tocase la lotería.

--Se va a trabajar mucho en cesiones de Madrid y Barça, ¿no?

--Pero no solo del Barça y del Madrid. También Valencia, Villarreal o Atlético. Hay buenas relaciones con todos. Con Madrid y Barcelona se ha hablado de intenciones, de marco general, pero en la mente de todos están los tres o cuatro jugadores de los filiales de ambos que podrían ayudar. Con todo, habrá que esperar. El Barcelona es competidor en la categoría y el Castilla no sabe si estará en la Segunda B o en la Segunda. Está el caso del Racing por ejemplo con Hacienda, pero también el Murcia, se habla del Recre... El Madrid está a la espera de todo eso para decidir.

--Apostar por las cesiones de filiales implica mucha juventud. Eso es un arma de doble filo.

--No lo veo así. Yo a eso no le tengo ningún miedo. Si al final traemos jugadores más experimentados es porque no habremos podido traer a futbolistas en esas canteras que consideramos interesantes. Son jóvenes, pero están acostumbrados a entrenar con estrellas de los primeros equipos en los que están. Y está el hambre y la calidad que poseen.

--Lo que hay que potenciar es que la Ciudad Deportiva pueda dar en un futuro esos talentos.

--Claro. A medio plazo tiene que ser algo imprescindible, algo a lo que haya que recurrir. Pero es más necesario aún en nuestra difícil coyuntura económica actual. El problema es que en 4 semanas vamos a empezar a competir y necesitamos jugadores ya. No podemos pensar en la cantera como recurso inmediato, pero, en cuanto empiece la competición, los esfuerzos principales irán ahí, a potenciar la Ciudad Deportiva.

--¿Se va a intentar repatriar jugadores criados en esta cantera?

--Se va a intentar con Soriano y Longás, pero son casos diferentes, aunque muy difíciles, muy complejos ambos.

--Víctor Muñoz dijo a su llegada en pretemporada que si no había un equipo competitivo se iría. ¿Cómo lo ve ahora?

--Cuando lo dijo la situación era complicadísima, ni sabía si iba a o no a seguir el Zaragoza, en qué situación, que si los pagos, las deudas.... Es que solo podía decir lo que dijo. El está motivadísimo y trabajando a tope con Martín González para hacer un equipo lo más competitivo posible.

--Pero se ve con toda la plantilla por hacer. ¿Qué puede decir?

--Pero es que no puede decir nada, solo lo mismo que yo. A él, a mí, a todos, nos gustaría tener un mes más, o todo de otra manera, pero es que esto es lo que hay. Yo estoy convencidísimo de que va a haber un buen equipo. Pensar en que no puedes hacer algo no entra en mi vocabulario, en mi manera de pensar.

--¿Cuál es el objetivo?

--La idea de todos es que el Zaragoza va a volver a ocupar el sitio que le corresponde en el fútbol nacional, en Primera. Pero este año, con la coyuntura que hubo, casi debemos darnos por satisfechos con estar vivos y tener un futuro ilusionante.

--No quiere hablar de ascenso.

--Es temerario hablar del ascenso porque partimos de cero. No es que seamos la peor plantilla de Segunda, es que no tenemos plantilla. Es absurdo pensar que podemos subir a día de hoy, pero somos el Zaragoza y todo el área deportiva va a luchar tope por, si hay una posibilidad de engancharse a subir, aprovecharla. Yo trabajo con esa ilusión.

--Es su tercera etapa en el Zaragoza. Estuvo en la directiva con Zalba y en el efímero paso junto a Salvador Arenere en el 2012.

--Realmente es la segunda. Ese otro fue un intento, no de estar, sino de conseguir transferir el club de manos, pero Agapito Iglesias no dio esas facilidades para su salida. La única razón era un mandato de venta y por eso no tenía sentido seguir en el Zaragoza. De ahí que solo estuviéramos unos días. No lo puedo considerar una etapa en el club.

--La de Zalba, sí. Y ya ha llovido.

--El fútbol ha cambiado, pero en lo esencial no tanto. Sigue siendo el mismo juego y levantando pasiones. Aquella fue una etapa bonita, con un gran presidente que se enfrentó a una situación económica dificilísima, como la de ahora. Y fuimos el primer club que logramos que nos aprobaran el plan de saneamiento.

--¿Por qué decidió dar el paso de entrar en la Fundación?

--Porque el Zaragoza creo que lo necesita y porque el grupo de gente que hay en la Fundación es de lujo. A mí me aterraba la posibilidad de que no existiera el Zaragoza. Todos tuvimos ese miedo, ese terror a desaparecer, y fue un peligro absolutamente real por cómo iban los acontecimientos. El Zaragoza se puede sentir salvado a todos los efectos, al 100%. Todos los miembros de la Fundación son grandes zaragocistas y forofos y, mientras en nuestras manos esté que no pase la desaparición, nunca pasará. Hay una frase de Cesáreo Alierta que la he escuchado muchas veces de que el Zaragoza no morirá nunca porque siempre habrá un zaragocista dispuesto a sacrificarse. Yo haría el matiz de que no hace falta sacrificarse para hacer algo por el Zaragoza, porque es como si lo hicieras para un hijo o un hermano. Eso no es un sacrificio.

--¿Qué opinión le queda de los ocho años de Agapito Iglesias?

--Que esa época hay que cerrarla, que la realidad es que dentro del desorden de una etapa tan oscura es de agradecer las facilidades que al menos dio para que esta opción de la Fundación fuera la que saliera. Es legítimo que, aún en las peores circunstancias, un propietario intente aferrarse a lo que tiene, pero una vez que se dio cuenta de que no podía no hubo por su parte ninguna dificultad. La etapa de Agapito no la defiendo bajo ningún concepto, ha sido terrible, pero en este punto final pudo haber puesto las cosas difíciles o más que difíciles. Y las puso muy sencillas.