Fue Jesús Sánchez, Samuel para los amigos, el popular especialista de carreras por montaña de Sabiñánigo, el que les dio la idea a los responsables de El Último Bucardo, un albergue ubicado en Linás de Broto, de organizar una prueba en la vertiente sur de la Sierra de la Tendeñera. Hoy la Vuelta al Último Bucardo es una de las pruebas más valoradas del calendario regional por los corredores por su ambiente cálido y su buen trato al participante. Es una carrera entre amigos no masificada y con un gran respeto a su precioso entorno.

Este fin de semana llega a su séptima edición. Forma parte de la Copa Aragonesa y se disputará el Regional de Clubs. La prueba llega con muchas novedades. «Este año hemos cambiado recorridos y hemos añadido uno más. Se mantienen el sábado los Bucarditos para los niños a las 11.00 de la mañana y el Kilómetro Vertical a Litro a las 9.30 horas. El domingo tenemos tres carreras de 8, 12 y 22 kilómetros y todas estrenan itinerario», explica Encarna Palma, la responsable de la carrera.

Los organizadores le querían dar un nuevo enfoque a la prueba. «Queríamos ofrecer algo nuevo, más alpino y más montañero. La prueba larga tendrá 1.700 metros de desnivel positivo. Suben directamente al Pilupin desde Linás, contornean el circo de Cotefablo y realizan la segunda cima, Toronzué, de 2.265 metros. Es una subida de tasca de montaña. Después empieza el tramo más técnico por una arista herbosa, equipada para aportar más seguridad. Bajan al Circo de Soaso y por el camino de Pastores vuelven a Linás». Después habrá arroz vegano de El Cobertizo de Huesca, fruta y café.

La prueba sobrarbense vuelve a ser solidaria. «Las inscripciones van destinadas a la ONG Amigos de Odisha, de la India. Siempre hemos trabajado por proyectos humanitarios y este año más al ser el Año Internacional de la Mujer. Al frente del evento estamos dos mujeres, Elena Morcillo y yo, y hemos decidido darle más visibilidad. Antes dábamos en los premios jamón, queso, fiambre, fruta, cosas que solo disfruta el que gana. Los premios serán un pelón y unas cestas de Aspace con mermelada de Boltaña y bizcocho de Broto», explica Palma.

El Último Bucardo es una de las numerosísimas carreras por montaña que se celebran en el Pirineo aragonés. «Nuestra idea no es competir con otras carreras. De hecho, este año se nos están yendo más alto de lo esperado las inscripciones y no queremos atender a más gente. De lo contrario se despersonaliza mucho nuestra actuación. La carrera larga tiene algo más de 200 participantes, la de 12 un total de 73 y la de 8 serán 16. El Kilómetro Vertical tiene 35 participantes. Queremos mantener el carácter personal, familiar, de comodidad, de tranquilidad, respeto a la montaña y educativo. Queremos hablar con los corredores de tú a tú. No queremos que sea un evento consumista y comercial», indica.

Encarna Palma también quiere recalcar que esta prueba «no es un negocio. Somos muy transparentes, nuestra carrera siempre queda a cero. El Último Bucardo nació hace seis años y es un club muy modesto con 56 personas a las que nos gusta la montaña. Nuestro objetivo es la carrera». A finales de noviembre se hace la quedada del corredor. «Nos juntamos una cincuentena. Se proponen rutas, se conocen las personas, se habla de alimentación, fisioterapia, psicología del deporte...», apunta Palma.