El Nástic de Tarragona tiene de nuevo el peligro en los talones. El temor por sucumbir al descenso vuelve a ser una realidad por las inmediaciones del Nou Estadi. Es por ello que el conjunto grana está obligado a conseguir una dinámica triunfar en este segundo tramo de Liga si quiere conseguir eludir las posiciones infernales. El Real Zaragoza visita Tarragona, una plaza que habitúa a ser sinónimo de decepción y donde nunca se ha conseguido un triunfo en competición de Liga. Ambos equipos protagonizarán un ambicioso duelo de necesidades.

Tras haber quemado hasta dos entrenadores a lo largo del presente curso -Lluís Carreras y Rodri- se ha vuelto a depositar toda la confianza en el entrenador que obró un auténtico milagro el año pasado. Nano Rivas retoma los mandos de una nave a la que él mismo salvó de un descalabro a Segunda B que parecía inevitable. Se sentó en el banquillo con solo tres jornadas por delante, estaba obligado a que el equipo reaccionase de forma instantánea y bajo un margen de error mínimo.

Nano fue segundo entrenador de Vicente Moreno en el curso que casi logran ascender a Primera, conoce el club y su mensaje es acorde a la identidad de la institución. Su forma de ser y de trabajar facilitó que se pudiera amarrar la salvación con un agónico último partido ante el UCAM Murcia, donde Manolo Reina paró un penalti decisivo que lo cambió todo.

Las caras nuevas

Sin embargo, el nuevo técnico no es suficiente garantía para lograr revertir la situación ante la asfixiante competencia que habrá por eludir el descenso. Hacía falta inyectar más sabia nueva al seno del grupo. Airear la plantilla bajo la tradicional revolución del mercado invernal.

Hasta seis fichajes ha realizado el Nástic en enero. Nombres como Javi Márquez, César Arzo, Dumitru, Matilla, Julio Pleguezuelo o Álvaro Vázquez son los encargados de subir el nivel de la escuadra grana, a la que ha regresado el cedido Fali. Dentro del equipo catalán confían en que la mejora progresiva se vaya cimentando gracias a una mejora colectiva impulsada por estos fichajes diferenciales. Para ello tuvo que dar un buen puñado de bajas a su nómina, una de ellas fue el central zaragocista Bruno Perone. Este procedimiento también se realizó el año pasado, con cuatro caras nuevas, como Manu Barreiro, Luismi o Emaná, que incrementaron las aptitudes del grupo.

El Nástic es el segundo peor local de toda la categoría. Solo han sumado once puntos de los 36 disputados. Solo lo empeora el Sevilla Atlético con nueve puntos. De forma sorprendente, esta pírrica imagen en su feudo se contrarresta con su tendencia victoriosa fuera de casa, ya que son el mejor visitante de toda la categoría junto a Osasuna -ambos con 21 puntos-. Esta doble faceta resulta enigmática, ya que son capaces de dominar en la dificultar y sucumbir en lo elemental.

Mejor con el balón

Los pupilos de Nano mejoraron sus aptitudes como local ante el Cádiz, siendo un equipo que está más cómodo llevando la iniciativa y con una personalidad más remarcada ante su público. El Zaragoza visitará Tarragona con la ambición de cambiar su rostro lejos de La Romareda, aunque el Nástic ha demostrado que tiene argumentos para romper con su irregularidad en casa.