Las alarmas saltaron ayer en el Santiago Bernábeu. El Celta de Vigo venció en el coliseo blanco en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey gracias a un gran partido con un planteamiento táctico perfecto de Eduardo Berizzo, que dejó helado a un Real Madrid sin capacidad de reacción y que entra en un bache tras ver cortada su racha con dos derrotas consecutivas. Así, el equipo de Zidane pasa de 40 partidos sin perder a caer dos de manera seguida.

El Celta hizo una vigilancia especial al hombre en el centro del campo y consiguió anular la salida de balón de su rival. Jugó con velocidad y encontró espacios al contragolpe. El Real Madrid necesitaba la brillantez de Modric y Kroos, quienes se vieron obligados a iniciar las jugadas demasiado cerca de su propia área. Mientras, Ramos y Varane tuvieron que tomar demasiadas responsabilidades sacando el balón.

El Real Madrid, con poco fútbol, buscó una genialidad de alguno de sus jugadores. Lo intentó Kroos con un disparo de rosca sin éxito y, con poco más por parte de ambos equipos, se llegó al tiempo de descanso.

La charla de Zidane en el intermedio no cambió el panorama y el Real Madrid siguió atascado ante un buen Celta. Una acción fortuita muy dolorosa para Marco Asensio, que sufrió la caída de Roncaglia con sus tacos sobre la mano derecha, provocó la entrada de Álvaro Morata tras una extraña suplencia. Tampoco revolucionó el duelo pese a que en su primera acción de peligro rozó el travesaño con un zurdazo.

El orden del Celta siguió imponiéndose y encontró el premio a su gran partido gracias a la autopista que dejó Danilo en su banda. Eso lo aprovechó Bongonda con velocidad, su centro lo despejó mal, al centro, Marcelo y un matador como Aspas no desaprovechó el regalo.

El Real Madrid necesitó un zarpazo celeste para venirse arriba. Empezó a arrinconar al equipo gallego y Marcelo se desquitó del error en el despeje del gol marcando el empate. Su zurdazo a la red invitaba a pensar en una nueva remontada, pero nada más lejos de la realidad. No pasó ni un minuto cuando un nuevo desajuste defensivo blanco fue castigado por Jonny, tras un gran servicio de Iago Aspas ,para establecer el 1-2 final. Lo intentó el Madrid a la desesperada pero no empató y se complica mucho la eliminatoria de Copa del Rey.