No hay nada similar en el panorama literario regional. Aragón de norte a sur y de este a oeste. Es una radiografía de las más representativas montañas de Zaragoza, Huesca y Teruel. Desde el Aneto, el techo del territorio con sus 3.404 metros hasta un montículo que domina Mequinenza y que se denomina El Balcón. La idea fue de un zaragozano de 61 años socio del Club Pirineísta Mayencos. Se llama Chema Tapia, secretario de la entidad y vocal de montañismo. Ayer presentó su criatura en Jaca, en la sede de su club.

El libro se inicia con la descripción del ascenso al Aneto. Y después desde el norte hasta el sur comienza la descripción comarca a comarca, desde la Jacetania con la Collarada, Bisaurín y el Aspe y hasta el Matarraña con Encanadé, Tossal dels Tres Reis y Perigañol. Son las 33 comarcas aragonesas y en cada una de ellas se describen tres cimas. Cada una de las cumbres cuenta con un mapa con el recorrido, datos de interés como el municipio, como llegar, la localidad de partida, refugios, época recomendada, la duración del recorrido, el desnivel, la dificultad y, por último, la descripción de forma minuciosa de la excursión. Las fotos son del propio Chema Tapia.

El libro lo ha publicado la editorial Prames. «Esta publicación tiene dos ejes principales que son montañas y territorio, que está en la esencia de Prames desde su fundación. Se lo planteé a ellos y no me costó sintonizar». Lo siguiente fue definir las cimas con un topógrafo de Prames y después los colaboradores. «Mi idea era contar con los clubs de montaña de las diferentes comarcas y hacerles partícipes del proyecto». En el trabajo de campo ha estado involucrado dos años y medio. «Tras esta labor llegaba la posproducción. Llegué a casa con todo ese material y había cosas que ya había realizado gracias a mi blog. He revisado los textos, los he redimensionado y Prames revisó el perfil de las excursiones y las rutas en los mapas. Ha sido un trabajo muy minucioso», afirma Tapia.

En cada comarca se incluye el pico más alto y otras dos cimas atractivas para poder hacer un recorrido senderista. «Estos últimos me lo han recomendado los clubs de las comarcas. Al estar respaldado por la territorial, he puesto en valor la red de refugios y los senderos turísticos de Aragón. Aunque estos no me han condicionado». No todos los picos se ascienden por sus rutas normales. «En el Pirineo he procurado hacerlas por recorridos menos habituales. El Vignemale lo subimos por el refugio de Bujaruelo», explica Tapia.

Hay cimas para todas las edades. «Hay rutas que se pueden hacer con la familia en una mañana viendo el patrimonio del pueblo, gozando del paisaje y en el otro extremo están las cimas pirenaicas en las que hay que estar más preparado físicamente, psicológicamente y técnicamente». Entre las más complicadas se encuentran las del Vignemale, el Balaitous y el Monte Perdido por la ruta de las Escaleras. Eso ya no es senderismo, es terreno de alta montaña», indica Tapia.

Hay comarcas que apenas tienen ondulaciones. «El más bajo se denomina El Balcón, una atalaya sobre el embalse de Mequinenza en la comarca de Fraga con 386 metros. Pero hay zonas muy boscosas como la Retuerta de Pina con mucho pinar, mucha sabina y un gran valor medioambiental y paisajístico y de biodiversidad», apunta.

Entre tantas cimas famosas, el libro guarda grandes sorpresas. «Lo que más me ha encantado son los itinerarios para llegar a las cimas. Por ejemplo, en el macizo del Moncayo todo el mundo va a su cumbre, pero tiene rincones preciosos. Para subir a La Muela del Horcajuelo se accede por el barranco de la Morana, que es espectacular, repleto de vegetación que se asemeja un paisaje subtropical», apunta.