Las laderas de la estación de Aramón Cerler se han convertido en un escenario de primer nivel nacional para la disputa de carreras de esquí-alpinismo. En el techo del Pirineo, Montañeros de Aragón de Barbastro ha encontrado un terreno perfecto para realizar pruebas de alto nivel. La experiencia del club barbastrense y el apoyo de la estación y el ayuntamiento de Benasque han sido la mejor combinación posible para que el Memorial del Recuerdo, que llegaba a su XVII edición, fuera una de las pruebas de mayor prestigio en el calendario nacional.

El pasado fin de semana la élite española se citó en dos pruebas valederas para el Campeonato de España y la Copa de España: el sábado la cronoescalada del Memorial del Recuerdo y el domingo la modalidad esprint. Eduardo Bastista, el director técnico de la prueba, hace un balance positivo de este intenso fin de semana. "Estamos muy contentos con el resultado. La meteorología nos vino de cara y con eso teníamos garantizado un 70% de que la prueba fuera un éxito. De nieve estaba la cosa un poco justa, pero se maquilló con las nevadas de mitad de semana", explica Eduardo Batista.

Las dos pruebas inauguraban la Copa Aragonesa tras la suspensión de la cronoescalada de Panticosa por falta de nieve. "Sin embargo, éramos la segunda prueba porque la de Sierra Nevada se suspendió. La Federación Española se puso en contacto con nosotros para hacer el Campeonato de España de cronoescalada y de esprint. Nosotros teníamos en programa una crono y una carrera en linea y no tuvimos problema para modificar el formato", indica Batista.

La cronoescalada

La crono del sábado discurrió íntegramente por las pistas de Cerler. "Era un circuito rápido y poco técnico. Tenía dos salidas. Una para los sénior en la cota 1.500 y otra a 1.812 metros para los cadetes masculinos y júniors femeninos. La meta era conjunta en Cogulla, a 2.372 metros. El desnivel para los sénior era de 872 metros y tenía 3.500 metros de distancia. Los cadetes subían 570 metros y 2.200 metros de longitud". La peculiaridad era que la meta se enclavó en un leve descenso de 150 metros que los corredores tenían que hacer con las pieles de foca puestas. "Allí fue donde se produjo el incidente. Marc Pinsach lo inició en cabeza, pero le adelantó Oriol Cardona. Pinsach no se tomó bien que le adelantaran, se le penalizó y pasó a la sexta posición final. Se le reclamó tras la carrera que pesara el material y se negó haciendo aspavientos", dice Batista. La prueba la ganó finalmente Oriol Cardona con un tiempo e 35.29, seguido de Pere Rollán y Joan Reyne. En mujeres se impuso Laura Orgué, con 40.09. seguida de Claudia Galicia, y de Altuna Quincoces. "No hubo sorpresas. La selección catalana volvió a dominar y la selección aragonesa hizo un buen papel pese a la modesta participación en número. Destacaría a la cadete Claudia Valero, que fue segunda en sprint y tercera en la crono", dice Batista, que también es lleva el Comité de Esquí de Montaña de la territorial.

Un día más tarde llegó la espectacular especialidad del esprint. Oriol Cardona dobló triunfo con un tiempo de cuatro minutos y un segundo. Esta vez sí que pudo ser segundo Marc Pinsach, acabando tercero Antonio Alcalde. En la categoría femenina Claudia Galicia se colgó el oro con 4.41.75, seguida de Altuna Quincoces y de Marta Riba. "La distancia que recorrían era de mil metros y el desnivel positivo de 80 metros. Si el esquí de montaña llega a ser olímpico, seguro que una de las modalidades será el esprint por su espectacularidad, emoción y vistosidad", apunta Batista.

El circuito se ubicó en el Ampriu, a una cota de 1.912 metros. "Se desarrolla en un circuito acotado en el que el corredor tiene que realizar todas las transiciones que existen en el esquí de montaña. Primero se hacen unas clasificatorias en las que salen todos los corredores de 20 en 20 segundos. Pasan a cuartos de final los 28 primeros tiempos. Compiten en mangas de seis y entran en la final el primero y segundo, junto al tercer mejor tiempo", dice Batista, que confiesa que prefiere el esquí de montaña tradicional a las nuevas tendencias. "Prefiero el terreno abierto y en alta montaña. Pero las modernas competiciones acercan el esquí al público y lo divulgan. Como montañero me gustan las carreras en línea, pero para seguirlas y que tengan seguimiento mediático deben ser en los entornos de las estaciones de esquí y en circuitos muy acotados para que las pueda seguir el público", indica Batista.