Después de multiplicar la maldición del Atlético en las finales de la primera competición europea, el Madrid hurgó con saña en la de la Juventus, que deja Cardiff completamente hundida después de sumar una decepción desgarradora. Ha perdido las cinco últimas finales que ha disputado para ampliar un balance negativo de solo dos titulos de nueve posibles. Todo lo contrario que el equipo blanco, que no deja de batir y engordar récords después de sumar su duodécima orejona, la segunda consecutiva, con mucha más facilidad y autoridad que ante sus vecinos rojiblancos en 2014 y 2016.

Todo el mundo resaltaba los parecidos entre el Atlético y la Juve, con ventaja para el campeón italiano, pero en la capital galesa quedó demostrado que el cuadro colchonero resultó un rival mucho más complicado para los campeones de Europa. Por culpa sobre todo de Cristiano Ronaldo, que dejó bien claro lo que se veía venir desde hace tiempo, que llegaba esta vez a la cita en condiciones mucho mejores. Otro mérito más de Zinedine Zidane.

PRESUNTA FORTALEZA

Lo puede atestiguar la defensa juventina, que se dejó por el camino su presunta fortaleza para que el goleador portugués pudiera seguir encumbrándose hacia su quinto Balón de Oro. En Cardiff superó a Messi como máximo goleador de la Champions, con 12 tantos por 11 del astro argentino, y el próximo enero seguramente le empatará a cinco entorchados de mejor jugador del mundo. Después de proclamarse máximo anotador de la competición por quinta temporada consecutiva y liderar al Madrid para alcanzar un doblete que el cuadro blanco no conseguía desde 1958 no es posible imaginarse otro desenlace. Cinco goles al Bayern en cuartos, tres al Atlético en semifinales y dos en la final a la Juve no son poca cosa.

«Es increíble. Ha sido una temporada impresionante y estoy muy feliz. He hecho un final de temporada espectacular. Me preparé para esto porque las cosas importantes se ganan al final. Era una buena opción por parte del entrenador y de la gente que trabaja conmigo y estoy muy contento», declaró la estrella portuguesa sobre el césped nada más acabar la final, mientras Isco celebraba el hecho de que «ante un equipo bestial en todas las facetas, en la segunda parte se ha visto al mejor Madrid de la temporada. Era el mejor momento para que pasara».

Ronaldo, nombrado mejor jugador de la final, tuvo también palabras para sus críticos. «Yo doy la respuesta en el campo, la gente que me critica va a meter la guitarra en el saco porque ganamos y somos los mejores», dijo. Además, el portugués se marcó ya un nuevo objetivo, sumar una Champions más, después de una gran final: «Marqué dos goles y estoy muy feliz por el mejor marcador en una final en la etapa de Liga de Campeones».

Por su parte, Zidane aseguró estar tan lleno y feliz como sus jugadores, pero no lo parecía. Incluso insistió en que el día en que ganó la Liga fue el más feliz de su vida. «Son 38 partidos y ganarla en la última jornada es tremendo. Ahora ganamos otra vez la Champions y hay que felicitar a los jugadores, que han seguido trabajando. Con los futbolistas que tenemos, que son todos muy buenos, trabajando se pueden conseguir cosas como esta», dijo el técnico blanco.