Chile buscará esta tarde (20.00 horas) en la final de la Copa Confederaciones el tercer título internacional de su generación dorada ante una hambrienta Alemania, cuya apuesta por los jóvenes ha sido todo un éxito. La Roja y la Mannschaft ya se habían visto las caras en la primera fase del torneo, partido en el que el equipo chileno se adelantó por medio de Alexis Sánchez y fue mucho mejor en la primera parte, pero el partido acabó en empate a uno. Alemania está avisada, ya que los chilenos desarbolaron a los teutones con una presión asfixiante en toda la cancha que los discípulos de Löw no pudieron contrarrestar hasta que Chile retiró el pie del acelerador.

La condición física de los futbolistas chilenos no debería ser un problema, ya que pese a contar con un día menos de descanso superaron claramente a los portugueses en la prórroga. La mejor noticia para Pizzi es que Claudio Bravo ha vuelto a lo grande, ya que tras perderse los dos primeros partidos del torneo fue el héroe de las semifinales. Si a eso se le suma la seguridad que transmiten Jara y Medel, Chile es otro equipo que puede dedicarse a atacar sabiendo que sus espaldas están bien cubiertas.

El éxito alemán / Independientemente de quién gane la final, el experimento de Löw ha dado resultado, porque jugadores como el propio Goretzka, Werner o Brandt han crecido en cuestión de dos semanas hasta convertirse en futbolistas de primer nivel, todo un éxito que asegura el futuro de la selección. Los alemanes han crecido según avanzaba el torneo y mejoraba la química entre sus integrantes.

No hay duda de que Alemania tiene pegada (han marcado siete goles en los últimos dos partidos), pero a su juego le ha faltado en ocasiones pausa y continuidad, además de que la defensa no se ha mostrado ni mucho menos intratable. Löw ha hecho algunos cambios, como dejar en el banquillo a Mustafi, pero ha sido el barcelonista Ter Stegen quien ha tenido que salvar los muebles en no pocas ocasiones, especialmente ante México.

Por lo visto en partidos anteriores, los chilenos deberán atar muy de cerca a Goretzka, el jugador revelación del torneo, ya que nadie ha sido por ahora capaz de frenar sus llegadas desde atrás como un tren de mercancías. A México le hizo dos goles en los primeros diez minutos, pero es que también está el jovencísimo Werner, quien parece haber solucionado los eternos problemas de Alemania para encontrar un delantero en condiciones. El equipo que gane la final inscribirá por primera vez su nombre en un torneo que fue ganado en cuatro ocasiones por Brasil, cuyo legendario delantero, Ronaldo Nazario, será quien traiga la copa al estadio.