Real Madrid y Barcelona protagonizan el gran clásico del fútbol español (20.45 horas, Movistar Partidazo) en el Santiago Bernabéu, decisivo para el título de LaLiga Santander, con los blancos ante la posibilidad de asestar el golpe definitivo ante su afición al eterno rival, que está obligado a ganar para prolongar el pulso.

Zinedine Zidane sabe que es el momento deseado por cualquier madridista e intenta rebajar la presión, quitar importancia al duelo, convertirlo en uno más. Pero es consciente de que su primer clásico como técnico madridista en el Santiago Bernabéu, no lo es. Huye del favoritismo y de la importancia del aspecto mental. El fútbol es un estado de ánimo y su equipo, cansado por el desgaste de la prórroga ante el Bayern, llega lanzado a un momento clave.

Vuelve Gareth Bale, recuperado de su séptima lesión de sóleo, y obliga a Zidane a decidir. Apostar por el galés le condiciona a regresar al 4-3-3 y volver a mandar al banquillo a Isco Alarcón en un momento excelente. También Marco Asensio ha presentado con brillantez su candidatura a la titularidad. Es la gran duda por despejar de su equipo titular, que llega con lo justo en defensa por las bajas de Pepe y Raphael Varane. Con Nacho Fernández y Sergio Ramos, el salvador de la primera vuelta en el Camp Nou, jugándolo todo.

Keylor Navas, con la necesidad de sentirse salvador en una gran cita, estará en la portería y Dani Carvajal y Marcelo, ambos en estado de gracia, en los laterales. Casemiro, Kroos y Modric son indiscutibles en la medular, más Cristiano Ronaldo y Benzema.

El portugués disfruta en su nueva posición y exhibió su poder en el remate con cinco tantos al Bayern en dos partidos. El francés parece más fino que nunca, con puntería y cinco kilos menos para responder con trabajo a la crítica. Serán los encargados de buscar goles decisivos que dejen la Liga vista para sentencia.

Al Barça solo le sirve la victoria en el Bernabéu. Ganar y esperar o perder y despedirse de la Liga. No tiene ningún margen de error en casa del gran enemigo, donde buscará apurar sus opciones en el último clásico de Luis Enrique como técnico azulgrana.

Su irregularidad le ha llevado a este punto. Sus resultados, especialmente como visitante, le han conducido al límite. En el clásico se disiparán prácticamente todas las dudas. Tienen tres puntos y un partido menos que un Real Madrid que aún tiene pendiente su choque contra el Celta.

Saben los barcelonistas que están ante su única oportunidad, justo unos días después de haber quedado eliminados de la Liga de Campeones a manos de la Juventus, por lo que necesitan superar este mal momento para no quedarse únicamente con la Copa del Rey como único objetivo.

Será especial el partido para todo el equipo, pero en concreto para Leo Messi, que hace tres años que no marca al Real Madrid pero que sigue siendo el máximo goleador de los clásicos con 21 tantos en 33 duelos, tres más que el mítico Alfredo di Stefano.

Messi tiene que volver a liderar a un alicaído equipo azulgrana, que tendrá que improvisar una delantera ante la ausencia por sanción de Neymar, expulsado en Málaga y sancionado con tres partidos, aunque el Barça quiere intentar hasta última hora que pueda jugar.

Luis Enrique maneja dos dibujos tácticos. Podría recuperar el 3-4-3, después de jugar con 4-3-3 ante el Juventus, o bien repetir el experimento fallido ante los italianos. En el primero de los casos, volvería a contar de inicio con Javier Mascherano, quien acompañaría a Piqué y Umtiti, los dos centrales de referencia del equipo en los últimos partidos.

En la línea de cuatro, situaría a Busquets como medio centro por detrás de Rakitic, Iniesta y André Gomes. Arriba, con Messi y Luis Suárez como seguros, podría entrar Paco Alcácer, como ya hizo contra la Real Sociedad, o incluso decidirse por Sergi Roberto por la derecha, como ocurrió en el clásico de la pasada temporada.

Si se decide por el 4-3-3, volvería a contar con dos carrileros (Sergi Roberto y Alba); el trío clásico de Busquets, Rakitic e Iniesta): con Alcácer podría junto a Messi y Suárez. También existe la posibilidad de que Iniesta juegue más adelantado y André Gomes como centrocampista.