—¿Cómo valora la irrupción del sistema de videoasistencia en el mundo del fútbol?

—Hay una era pre-VAR y otra con VAR. No se va a volver atrás. Pase lo que pase, se seguirán cometiendo errores, pero no se retornará a una época que no se arbitre así. El colegiado va a ganar una herramienta que hasta ahora no tenía y que va a ser clave de cara a solucionar situaciones complejas. Con esto se conseguirá que haya una mayor justicia en el fútbol; permitirá que no se produzcan goles con la mano o por un fuera de juego inexistente… Sin duda esto será fundamental para que se arbitre mejor.

—Entonces, el VAR es un medio, no una imposición.

—Es un elemento más. El árbitro no está monitorizado por una máquina. Sigue siendo la máxima autoridad en el campo y el líder del equipo arbitral. El cuerpo arbitral está formado por dos asistentes, el cuarto árbitro, en Champions dos adicionales, y ahora, además de eso, habrá unos asistentes de vídeo que ayudarán mediante las imágenes que llegan desde el campo. Por lo tanto el árbitro va a salir más preparado en los partidos.

—¿Cuándo se utilizará el VAR?

—No será en todas las jugadas, solo se revisarán acciones de máxima necesidad como expulsiones, penaltis, manos y errores de identidad evidentes. El VAR solo va a entrar en acciones claras y escandalosas, arrojará luz en esas jugadas en las que un seguidor del Barcelona y otro del Madrid jamás se pondrían de acuerdo. No se va a rearbitrar el partido.

—¿Qué prestaciones tiene este sistema de asistencia?

—El VAR puede que no vaya a entrar en tres de cada cuatro partidos, porque el arbitraje español, en general, acierta mucho. Habrá un líder y un asistente de vídeo. Luego hay unos operadores de vídeo, uno por cada doce cámaras, que van a dotar de las imágenes que pida. Nunca un operador de vídeo va a influir en una decisión. Ellos proporcionan las imágenes que el colegiado solicita.

—¿Cómo se usan las imágenes que llegan a los operadores?

—Todas la imágenes que se toman en el campo van a la sala del VAR. Todas las cámaras que hay en los estadios irán destinadas para decidir las dudas. La designación del comité del VAR será pública, incluso se verán imágenes de la pantalla que revisará el colegiado. El árbitro salta al campo con el miedo a cometer un error que pueda perjudicar. Ahora se saldrá con más tranquilidad.

—¿Es el VAR el siguiente paso que hay que dar en el fútbol?

—Yo creo que sí. El arbitraje ha cambiado muy poco. Los primeros colegiados estaban fuera del campo, luego entraron al césped, aparecieron las áreas, después las tarjetas… Desde que empecé hace 30 años casi no ha habido modificaciones significativas. El VAR es el siguiente paso en el fútbol de cara a ser más perfecto. Las reglas que rigen este deporte se cambian poco por una razón simple; si algo funciona no hay que tocarlo. Pero ahora toca adaptar el fútbol a los nuevos tiempos y eso implica que se incorpore la tecnología.

—¿Consulta el colegiado aquellas decisiones que ha tomado tras finalizar el partido?

—Me ha ocurrido que estaba en el vestuario y mi padre o un compañero me manda una imagen del partido explicando un acierto en una jugada complicada o un error doloroso. Ahora esa consulta posterior al partido podrá realizarse durante el encuentro.

—¿Cómo cree que será la implantación del VAR en España?

—Es probable que a España llegue la próxima temporada un VAR más curtido que en otras Ligas donde se ha usado este año. Es una cuestión de experiencia donde tiene que haber un proceso en el que se comentan errores y se aporten soluciones.

—¿Qué cambios habrá con este nuevo sistema de arbitraje?

—Uno de los aspectos nuevos será que el encuentro se pare por unos minutos, aunque en Italia los partidos donde ha intervenido el VAR se han alargado solo un minuto más. Será nuevo también que los aficionados celebren un gol durante muchos segundos y que luego se den cuenta de que ha sido anulado. Es un proceso nuevo al que habrá que adaptarse. Es normal que cueste.

—¿El VAR puede acabar con el lado imperfecto del fútbol?

—El VAR ayudará al fútbol, pero no acabará con la polémica. Se seguirá criticando, pero no habrá decisiones erróneas por las que un equipo gane un partido por una mano clarísima o por un penalti inexistente, o porque el balón entre dos metros y nos se conceda. Eso no pasará más. Pero las críticas por tarjetas amarillas, segundas jugadas, acciones opacas… Todo eso no cambiará, porque el fútbol es el deporte más gris que existe. Hay muchas jugadas que se miran desde la bufanda, y eso jamás desaparecerá. El fútbol no puede existir sin la polémica y sin esos debates del lunes con un café.

—¿Cómo lleva la semana el árbitro cuando ha realizado una mala actuación?

—Lo llevas raro, porque no estás acostumbrado. Cuando estás en Segunda B o en Tercera piensas que no te afectará ser portada de un periódico, pero cuando te pasa sientes que se te mueven los cimientos. Una vez que te pasa entiendes que es parte del circo mediático que existe. Cuando aciertas, nadie te va a dedicar un espacio, pero cuando fallas, o simplemente si no cumples con los intereses de alguien, te van a atizar. No nos gusta que nuestra labor se critique por gente que no sabe de esto. El arbitraje no es lo mismo que el fútbol. El periodista deportivo muchas veces no tiene los datos y se detecta que hay un gran desconocimiento del reglamento entre la gente que critica.

—¿Cree que el VAR acabará con el jugador sucio y tóxico?

—El jugador simulador, el que agreda a otro futbolista, sabe que no se va a escapar. Dejará de ser así. El VAR va a educar a los futbolistas porque les hará recapacitar sobre sus conductas, sabrán que no se tendrán perdón. Engañar al fútbol no es solo fallar a tus compañeros de su profesión, es algo que daña gravemente este deporte. Afortunadamente, podremos combatirlo.