El fútbol sala está de moda en el barrio zaragozano de Santa Isabel. Pese a que el deporte rey es el fútbol, el impulso que ha dado el Santa Isabel Deportivo Sala ha sido espectacular. En tan solo dos años de vida, se han apuntado a este club 106 jugadores con sus diez escuadras. Mucho ha tenido que ver el trabajo y el entusiasmo de un grupo de apasionados al fútbol sala encabezados por Óscar Cano, el presidente. «En el barrio practicarán este deporte unos 300 chavales en núcleos como los colegios Espartidero o Guillermo Fatás. Pero tras acabar en el centro escolar se pasaban al fútbol. El año pasado partimos de cero después de desaparecer el Deportivo Santa Isabel. Sergio Bravo, el anterior presidente, decidió no seguir y montó un club de atletismo. Entonces, viendo que había mucha inquietud en el barrio, decidimos crear un club para darle un toque más profesional», explica Óscar Cano.

El otro gran núcleo futbolístico en el barrio es la Real Sociedad Deportiva Santa Isabel. «Ellos tendrán 350 jugadores. Tenemos una buena relación con este equipo. Aunque son dos deportes diferentes, los ojeadores vienen a pescar en nuestros partidos». La filosofía de club con los más pequeños es «formativa. Lo importante es alejarles del entorno social. Este es de los pocos clubs en el que los padres entienden que el deporte es un camino para el desarrollo global de los chavales. El deporte es una herramienta y no es un fin». Cano reconoce que lo tienen claro en el club. «Ofrecemos deporte salud y socializar a los niños. La sociedad los aísla y nosotros intentamos todo lo contrario. En las categorías superiores juegan todos para que vayan a gusto. Somos un club de barrio, un club familiar y el que quiera rendimiento no creo que haya elegido el sitio adecuado. El lugar ideal es donde se vive y esa idea ha cuajado en los padres» explica el presidente de la entidad.

En las categorías donde son más mayores ya se fijan algo más en el resultado. «En cadete, juvenil y segundo de infantil ya empiezan en pensar más en competir. En esa edad si les gusta continúan. De lo contrario no están por estar», afirma.

Este año varios son los equipos que brillan en sus respectivas Ligas. «Destacaría al equipo infantil A, el cadete lo está haciendo muy bien y el juvenil hasta hace poco estaba compitiendo muy fuerte. Tiene expectativas y puede ser campeón de su Liga o quedar entre los tres primeros». Los más pequeñitos tienen 4 años y forman parte de la escuela. Se entrenan hora y cuarto dos veces a la semana más el partido. «Realizan circuitos y juegos para desarrollar las capacidades físicas básicas. El fútbol es un juego y hay que tocar bien el balón». Después están los de 6 y 7 años y compiten en los Juegos Escolares. «Hasta ahora han ganado todos los partidos. En muchos colegios de Zaragoza ya nos han felicitado por lo bien que estamos jugando», afirma. Los jugadores de la división autonómica se entrenan tres días a la semana. «Ahora van flojos y esperamos que se recuperen de las lesiones. A ver si se ponen las pilas tras el parón navideño», dice. En el Santa Isabel Deportivo Sala no se hace labor de captación. «La mejor publicidad es el boca a boca. Los padres hablan con otros padres y también gracias a las amistades vienen los niños. Todo el mundo puede jugar con nosotros y, si se queda fuera, es porque no hay equipos», explica Cano.

El centenar de jugadores se prepara en las instalaciones del CDM Santa Isabel Fernando Escartín. «Es un buen pabellón con la pista de cemento y no reúne las mejores condiciones para jugar. Pero nos viene bien porque está cubierto. También nos preparamos en el PDM Montañana y los partidos los jugamos en La Cartuja. También nos cede sus instalaciones el colegio Espartidero». En cuanto al papel de los padres, Cano afirma que «somos un ejemplo. No hay una queja a entrenadores o jugadores rivales y árbitros. Estoy orgulloso de que esto sea una balsa de aceite. Han captado la filosofía y no son hooligans. Hay derrotas y hay que saber encajarlas. Se hace una fiesta a final del curso y los padres participan con los equipos del club», finaliza Óscar Cano.