Borja Iglesias marcó en el Nou Estadi de Tarragona con una sutil vaselina ante Dimitrievski tras una contra armada por Febas. Nada más marcar, el delantero gallego lo celebró y miró a la grada llevándose el dedo a la boca para mandar callar a un sector de aficionados. El caso del jugador del Barça Piqué, cuando hizo un gesto similar, aunque en su caso con otras connotaciones, en Cornellá, hizo que la Liga anunciara que tomaría cartas en el asunto de oficio cuando se produjeran hechos similares, algo que le puede tocar a Borja Iglesias.

Sin embargo, el Zaragoza no teme que el Comité de Competición entre de oficio y sancione al jugador. Ni tampoco que haya una propuesta de sanción en forma de multa por parte de la Comisión Antiviolencia. Se considera que el gesto de Borja no es ofensivo ni provocador y que no se le puede medir con el mismo rasero que el de Piqué, donde además de la rivalidad entre Espanyol y el Barcelona se añadían las declaraciones previas del central y que en el gesto se advinaban también unos cuernos con la mano que el futbolista negó haber hecho después.

La Liga comunicó tras ese Espanyol-Barça en el que Piqué mandó callar a la afición perica que, desde entonces en adelante, «las celebraciones de goles ofensivas que han ocurrido otras veces, que no son reflejadas en el acta arbitral, y que pueden generar crispación o que son contrarias al buen orden deportivo, siempre han sido rechazadas por parte de esta Liga, que no dudará, a partir de ahora, en dar traslado de las mismas al Comité de Competición para que depure las responsabilidades oportunas, mediante la incoación -si considera que existen indicios mínimos razonables de la comisión de una infracción disciplinaria-, instrucción y resolución del correspondiente expediente sancionador».

MUCHOS INSULTOS / El propio Borja Iglesias tampoco cree que haya motivos de sanción en su gesto y no teme una sanción por parte de Competición. Lo cierto es que ese sector de la grada no dejó de insultar al punta gallego, que tras el partido pidió perdón para el que se hubiera sentido ofensido con su gesto.

Mientras, el club tiene decidido desde prácticamente después del partido del sábado en Tarragona presentar alegaciones al acta por la amarilla que vio Cristian Álvarez en el minuto 44 por, según el árbitro Pérez Pallás, «jugar el balón con la mano fuera del área, cortando una jugada del equipo contrario». Las imágenes dejan claro que el arquero toca el balón dentro del área. Es la segunda amarilla que ve el meta en este curso y lo más probable es que se la retiren. Con cuatro, a una de la suspensión por un partido, están ahora mismo Pombo, Eguaras, Grippo y Delmás.