Este dia fue muy especial para mi. Habíamos llegado a una ciudad preciosa desde Zaragoza y tendré siempre en mi mente, si el Alzahimer algún día no me lo borra, como vi a Nayim desde el centro del campo chutar. Yo levanté los brazos en aquella grada rodeada de zaragocistas y dije "donde va ese tontolaba". Con los brazos aún levantados y con cara de tonto le pregunté a un amigo que tenía al lado, "¿ha sido gol verdad?" y entonces salté de jubilo y alegría abrazando al personal. Ojalá el tiempo vuelva a traer momentos tan felices.