Alberto Contador criaba pajaritos, de pequeño, en Pinto. Todavía no podía soñar siquiera con las dos bicis que estrenará este fin de semana, mañana la de contrarreloj y el domingo, la convencional. Miles de euros en carbono para empujarlo en el reto de volver a ganar el Tour, dos triunfos oficiales (2007 y 2009) y el que le anularon en el 2010. Un reto que se unirá a la victoria de hace un mes en Milán; el prodigio del doblete, ganar en un mismo año Giro y Tour, algo que está al alcance de muy pocos elegidos, de los que tienen un hueco en la historia: Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Stephen Roche y Miguel Induráin.

A Contador le regalaron ayer un canario, en plena conferencia de prensa, como recuerdo a su afición de pequeño por cuidar pajarillos. Pero si quiere ganar este Tour deberá actuar más bien como un ave rapaz. "Vengo con el objetivo de intentar ganar el Tour. Llego con alguna duda, porque debo comprobar exactamente cómo me he recuperado del esfuerzo del Giro. Pero estoy motivado porque deseo conseguir algo para recordar, algo más que la victoria en el Tour, porque me he planteado el Giro y el Tour como si fuera una única carrera, un único triunfo".

El canario, al que llamó Yellow, deberá quedarse en su jaula holandesa, sucumbiría ante el calor, los traslados y más de 3.000 kilómetros de competición, sin contar los traslados. Y Contador tendrá que volar, si cabe, para ganar "el Tour más duro de cuantos he corrido hasta ahora. Y también el que tiene un mayor número de aspirantes. Puesto que no solo estamos Nibali, Froome, Quintana y yo. Hay más candidatos como Purito, Pinot, Bardet y Valverde", dijo.

Pero, ayer, en la sala del hotel de Utrecht en el que Contador recibió a la prensa acreditada en el Tour ni se cabía. Ni el mejor de los futbolistas habría reunido tanta y tanta gente. Y sin aire acondicionado con el calor inusual que hace estos días en Holanda, ayer más fuerte que el miércoles y seguramente menos que hoy y mañana en el debut del Tour. "Pero --añadió Contador-- es que no vamos a parar, porque el domingo será la etapa del viento, el lunes llega ya el muro de Huy y el martes el pavés". Etapas donde ya podría comenzar a clarificarse, mucho antes de que aparezca la alta montaña, las piezas del puzzle de este Tour, nervioso, ajetreado.

Sin que se sepa quién dirige el Tinkoff --Contador ejercerá de algo más que de corredor--, el madrileño se presenta con un equipo más consistente que el que le dejó excesivamente aislado en instantes claves del pasado Giro. Con bici nueva, sin pajarillo, Contador inicia mañana una ruta para ser recordado.