Unos 35,5 millones de euros en los últimos diez años ha dado la cantera zaragocista desde que Cani, que regresó este verano, puso rumbo a Villarreal. El dato es claro. Como también, y así lo aseguran los que han vivido cerca de la Ciudad Deportiva desde su estreno en 1974, que esa fábrica ha sido el mayor salvavidas económico del club, del que ha acudido al rescate en muchos momentos delicados. Desde el traspaso de Víctor Muñoz al Barcelona en 1981 pasando por el de Villarroya al Madrid en 1990, el de Pablo Alfaro al Barcelona en 1994, el mencionado de Cani en el 2006, el de Ander al Athletic en el 2011 o el de Vallejo al club madridista en 2015.

Todos han dado liquidez, pero la sensación en el zaragocismo de expolio y de fuga de talentos cada vez más jóvenes en los últimos tiempos es mucho mayor. Y es una sensación real. El Zaragoza ha visto marcharse a jugadores por los que pudo sacar aún mayor rendimiento económico (este verano Álex Millán, que se marchó al Villarreal, es el último caso) y en la rampa de salida en un futuro están Enrique Clemente, por el que suspiran Madrid y Barcelona, Rafa Tresaco, Alejandro Zalaya, David Subías... El club sigue tirando de la cantera para cuadrar mejor sus cuentas, a costa de descapitalizar el futuro, de renunciar a unos ingresos que podrían ser mucho mayores en los próximos años.

El 19 de octubre de 1974 se inauguró la actual Ciudad Deportiva y Víctor Muñoz, que firmó para el Aragón procedente del Salesianos, fue el primer traspaso importante, 70 millones de pesetas y los derechos de Zunzunegui cuando puso rumbo al Barcelona en 1981. En 1990, Vizcaíno que había llegado al Aragón desde la cantera del Nástic, compró su carta de libertad por 50 millones de pesetas y 315 millones pagó el Madrid por Villarroya. Ya con el club convertido en Sociedad Anónima Deportiva, en el verano de 1992 Cruyff se encaprichó de Pablo Alfaro y el Barça pagó 160 millones de pesetas por él.

Son algunos ejemplos claros del pasado, pero si se miran los 10 últimos años hay movimientos muy significativos. Cani, por ejemplo, fue el eslabón que necesitó Soláns para marcharse del club en una venta pactada con el Villarreal en los 8,4 millones de su cláusula. El Deportivo ejecutó la opción por Lafita en el 2008 por dos millones y Zapater se fue al Genoa en el verano de 2009 por algo más de cuatro, a los que hay que sumar un 20% en la operación en la que el club italiano lo incluyó al curso siguiente para que se fuera al Sporting de Lisboa como parte del fichaje de Miguel Veloso por el Genoa.

ANDER, LA REFERENCIA

En el 2011 llega el gran traspaso de la cantera zaragocista. Cerrado en enero y ejecutado en junio para que el Athletic adelantara ya cantidades y Agapito Iglesias pudiera abonar los salarios a la plantilla. 8,5 millones de euros y 2,7 en incentivos pagó el club vasco. A eso hay que añadir los 1,45 millones que cobró el Zaragoza en derechos de formación al irse al United. Es decir, casi 12,7. Solo los traspasos de Milosevic (4.000 millones de pesetas, 24 de euros en el 2000) al Parma y de Gabi Milito en 2007 al Barcelona (17 millones y 3,5 en objetivos) supusieron más.

El último gran traspaso para elevar el límite salarial en la LFP en el 2015 es el conjunto de Vallejo (5,1 millones) y el meta juvenil Darío Ramos (0,9) en el 2015 al Madrid, mientras que el verano pasado la SAD debió vender para cuadrar sus cuentas al Leganés a Rico, llegado en 2011 desde el Burgos Promesas, por un millón y tuvo que pactar la salida de Sergio Gil al Lugo en 210.000 euros.

SALIDAS DE JÓVENES

Y el club, desde el 2009, con continuos cambios de mando en la Ciudad Deportiva desde que se fue Javier Ruiz de Lazcano, Chirri, ha visto cómo se fugaban promesas por cantidades muy bajas. El defensa Alejandro Bonilla, ahora en el Formentera, fue el primero en irse al Espanyol por una cifra inferior a 10.000 euros, incentivos incluidos. En el 2012, Manu Morlanes, capitán ahora de la sub-17, se fue al Villarreal en infantiles en la operación de Porcar y el club zaragocista solo obtuvo una compensación en el 2016 de unos 150.000 euros por renunciar a algunos derechos por el futbolista. En esa operación entraron en el 2012 los hermanos Bruno y Matías Rodríguez, infantil y juvenil, que se fueron al submarino.

El punta juvenil Álex Millán, el pasado verano, fue traspasado al Villarreal por 350.000 euros, mientras que dos infantiles, el mediocentro Marc Cucalón y el mediapunta Jorge Alastuey, se marcharon al Real Madrid y al Barcelona respectivamente. En el 2015 el club azulgrana se había hecho con otros dos infantiles, el lateral izquierdo Antonio Sola y el mediocentro Álvaro Sanz. El club catalán no paga por este tipo de operaciones, aunque sí se establecen unas cantidades por objetivos cumplidos en la carrera del jugador.