En otra vida fue un partidazo en La Romareda. Muchos, se quiere decir. No hace tanto que Zaragoza y Valencia peleaban por objetivos parecidos, hoy parecen siglos. Ni el equipo aragonés está para andar de copas ni el levantino para regalar este torneo en un curso en el que no tiene obligaciones europeas. Admitió Natxo González ayer que la prioridad es el encuentro del viernes ante la Cultural Leonesa, así que, más allá de la ilusión y de ver a un equipazo en La Romareda, pocos incentivos tiene esta eliminatoria a doble partido. A estas alturas, los segundones como el Zaragoza no pintan nada en el torneo y tienen las opciones mínimas de pasar de ronda. A los de Primera se les guarda un encuentro de vuelta por si acaso se equivocan en la ida. No queda ni la opción de fantasear con un zarpazo al murciélago. «No he soñado con eliminar al Valencia», aceptó Natxo González, obligado a cambiar prácticamente todo el equipo para recibir al conjunto de moda del fútbol español. Esta vez, eso sí, no lo emite Gol. A las 20.30 horas en beIN LaLiga Max 3.

Esta Copa está de más. Le vino bien al Zaragoza, todo sea dicho, aquella eliminatoria ante el Granada que emocionó a la afición. Lo del Lugo fue otra cosa, pero el equipo cumplió y algunos se relamieron. El partido de hoy es inoportuno como poco. El equipo de Natxo González no le puede dedicar un gramo de energía. Con el mínimo desgaste intentará competir con decoro y los futbolistas que menos minutos han participado en la Liga. Jugará Vinicius, por ejemplo, necesitado de rodaje para estar a punto en esas tardes como la del último sábado en que el equipo necesita goles al rescate. También estará Guti, un muchacho que se ha ganado el derecho a estar arriba por encima de hombres con galones, un joven que, quizá, acumula más méritos que tiempo en el césped.

A los titulares de siempre les toca más pensar en la Cultural que en el Valencia. Cosas veredes. Cosas del calendario y los horarios, dijo el entrenador. Cosas, sobre todo, del presente zaragocista, cegado desde hace un decenio en su concatenación de disparates, abarrancado hace un lustro en su mediocre categoría. No avanza, ni se puede permitir una noche de copas con una pareja de etiqueta.

CINCO TITULARES FUERA

Queda el fútbol y sus pasiones, por eso hay colas y se barrunta buen ambiente. Habrá unos cuantos esta noche en el estadio que ni se acuerden de haber visto en La Romareda a un equipo de un nivel tan alto. Los más jóvenes, claro, ni siquiera han tenido opción. Se lo ha negado la historia, esta y la de otros. Sin embargo, el impulso del león invita a pensar que habrá una entrada más que aceptable, que la gente apretará y empujara a su equipo aun lleno de suplentes. Mikel González, Verdasca, Ángel, Eguaras y Borja Iglesias no fueron convocados y se esperan otros descansos de banquillo. No será menos el Valencia de Marcelino, al que allí le supone solo un titular hoy, Dani Parejo.

Natxo González dijo ayer que no han quedado heridas del sofocón del sábado. Fueron tantos los errores defensivos que a más de uno se le torció el gesto en el vestuario. Al entrenador también, claro, aunque no quiera trasladarlo. Fue un desengaño y puertas adentro se ha tratado con la gravedad correspondiente. Esos dos puntos que volaron harán falta aunque poco tengan que ver con el partido de hoy. El Zaragoza puede jugar esta noche sin complejos, sin temor a equivocarse, sin miedo a las alturas. El torneo, esta historia de hoy, le ha puesto ante la eliminatoria más difícil en el momento más inoportuno, tres días después del sobresfuerzo de Sevilla, solo tres antes de otro partido que necesita ganar. En la Liga está la fiesta; la Copa, hoy, está de más.