Si no puede ser por las buenas, será por las malas. Philippe Coutinho quería marcharse del Liverpool con elegancia, pacíficamente, evitando conflictos después de cuatro años y medio en Anfield. Pero la intransigencia del club le ha forzado a reclamar formalmente el traspaso. La reacción del futbolista brasileño vino después de un duro comunicado de la entidad en el que se negaba a considerar cualquier oferta por él. La del Barça, básicamente, que estaba (o está) dispuesto a invertir cien millones por él.

El gesto de rebeldía de Coutinho no tiene, sin embargo, la virulencia del que hizo el día anterior Ousmane Dembélé, el otro delantero pretendido por el Barça. El futbolista brasileño se acogió al transfer request, una figura que en Inglaterra significa que un jugador pide ser traspasado. Dembélé, por el contrario, dejó de acudir al entrenamiento, sin justificación, como medida de protesta por el rechazo del Borussia Dortmund de aceptar la oferta del Barça. El club azulgrana pretende fichar a los dos futbolistas con los 222 millones que dejó Neymar.

Coutinho no jugará hoy con el Liverpool en la jornada inaugural de la Premier. El conjunto de Jürgen Klopp visita al Watford. Su ausencia no tiene que ver con el deseo de marcharse, sino que está lesionado. No se entrena desde el pasado viernes. Unas molestias en la espalda le impiden estar disponible este sábado y le convierten en duda para el martes, cuando el Liverpool disputa la previa de la Champions League ante el Hoffenheim.

Tan claro fue Klopp en explicar el por qué de la baja de Coutinho como de exponer su oposición a que el futbolista sea traspasado. «Hemos hecho un comunicado», dijo en la rueda de prensa previa al estreno liguero. «Quizá no he sido al 100% claro, la única diferencia es que lo podéis leer», añadió con ironía, remitiéndose al texto emitido por la entidad.

«La posición definitiva del club es que no tendrá en consideración las ofertas por Philippe y él seguirá como miembro del Liverpool FC cuando cierre la ventana de traspaso», decía la nota inglesa. El transfer request le obligará a ceder, como ha pasado en muchos otros precedentes. Sin ir más lejos, cuando Xabi Alonso quiso fichar por el Madrid y Fernando Torres deseó ir al Chelsea.

La firme posición del Liverpool era parecida a la que expresó el Dortmund después de que Dembélé no acudiera al entrenamiento. El cuadro alemán reconoció que la reacción era consecuencia de la baja oferta del Barça, «que no se corresponde con el extraordinario rendimiento y valor del jugador» y que espera otra mucho más generosa.

El Barça puede abordar los fichajes de los dos porque ya dispone del dinero. Ayer pudo hacer efectivos los 222 millones firmados el jueves de la semana pasada e, inmediatamente, tramitó el tránsfer de Neymar a Francia.