—¿Cómo está el equipo después de los resultados de la jornada?

—Si lo ves así parece jodido pero creo que aún no estamos de momento para mirar lo que hacen los otros sino a nosotros mismos. Quedan ocho partidos por jugar y estamos intentando mejorar. El otro día lo hicimos muy mal en el primer cuarto pero el entrenador estaba contento con los otros tres. Creo que es mejor que los resultados de otros equipos te favorezcan pero si no es así, no es así, debemos fijarnos en lo que nosotros podemos hacer. Ahora mismo lo más importante es el Gran Canaria, que es lo que viene ahora. El equipo está preparado y además somos más regulares en casa, no sé por qué.

—¿Qué ha cambiado con la llegada de Luis Guil?

—Piensa algunas cosas diferentes que Andreu. Los dos son buenos entrenadores, a los dos les gusta trabajar y sacar lo mejor del equipo. Piensa diferente en la defensa y es en lo que estamos trabajando estos días.

—¿Por qué les meten tantos puntos? ¿Es una cuestión táctica o de actitud?

—Estamos hablando de que debemos reducir las canastas fáciles, los contraataques. En el último partido no nos hicieron muchos contraataques pero nos metieron muchas canastas porque no conectamos bien en defensa porque en el pick and roll me quedaba arriba y a veces necesitaba una ayuda y o no estaba o yo no volvía a tiempo. Estamos intentando conectar y creo que estamos mejor aunque nos metieran otra vez cien puntos.

—¿La plantilla tenía la sensación de que hacía falta un cambio para variar la dinámica del equipo?

—Personalmente no quería cambiar el entrenador, prefería cambiar nosotros mismos. Pero es normal que los directivos tomen las decisiones y el más fácil de castigar o de cambiar es el entrenador. De verdad me siento muy mal por Andreu porque era muy buena persona, creo que era buen entrenador y vivía por el baloncesto. Ahora tenemos a Luis Guil, que también es lo mismo. El club quería que el equipo reaccionara y lo intentamos. Estamos en una situación que nadie quiere, de pelear en teoría por no descender. Queríamos pelear por el playoff pero ya es imposible. Estamos donde estamos y seguimos trabajando. Yo tengo mucha confianza en que acabaremos bien.

—El equipo empezó muy bien la temporada pero después pareció perder la conexión como equipo. ¿Cómo lo explican desde dentro del vestuario?

—A veces son pequeños detalles los que pueden cambiar las cosas. El partido en Vitoria nos hizo mucho daño, estuvimos a punto de ganar. Y luego a lo mejor hay momentos en los que dejas de confiar, no solo en los compañeros sino también en nosotros mismos. Son pequeños detalles. Si tú ves un equipo como Tenerife, individualmente creo que no son mucho mejores que nosotros pero tienen una química increíble. Esto a veces pasa. Ahora mismo intentamos cogerla y tener buena dinámica pero hay un momento en el que no hemos conectado bien y nos miramos unos a otros preguntándonos qué pasa. Y no lo sabemos, es difícil de explicar. Todo el mundo hemos jugado un buen partido en casa y seguimos con las buenas sensaciones aunque nos hayan metido 100 puntos en Andorra. Hay que intentar seguir haciendo bien lo que hacemos bien y corregir lo que no hacemos bien.

—¿Cree que hay peligro de descenso?

—No quiero pensar en eso ni en peligro. Soy optimista, pienso positivo y creo que vamos a hacerlo bien. Estamos en la situación que estamos. Nada es imposible. Creo que lo vamos a hacer bien y no va a haber peligro de descenso. Pero esto es la Liga Endesa, Obradoiro pierde aquí de 30 y luego gana en casa al Madrid. Esto es bueno también. Nosotros aún tenemos por delante Barcelona y Madrid, aquí en casa, y pienso que les podemos ganar. Ellos tienen un calendario muy difícil, tienen la final de la Euroliga, muchos partidos, muchos viajes y eso nos puede ayudar.

—¿Es una situación más difícil para un equipo pensado para cosas mayores?

—Todo el mundo está un poco frustrado porque todo el mundo pensaba en cosas diferentes. Pero es lo que hay y tenemos que ser profesionales y seguir dando la cara, hacerlo lo mejor posible.

—¿Han mejorado el acierto de tres por tener más libertad?

—Jugamos más sencillo, más fácil. Empezamos el sistema y luego jugamos por conceptos y los jugadores tenemos más libertad, estamos más cómodos. Al principio nos costaba meter de tres y ahora metemos más, hemos mejorado el porcentaje.

—Personalmente, está teniendo una temporada atípica.

—Al principio me costó pero jugábamos bien como equipo, luego mejoré y me lesioné. Ahora me siento bien, estoy en buena forma. Ahora mismo no tengo tanto protagonismo como antes pero si ganamos estoy contento, intento ayudar donde puedo y darlo todo en la pista.

—¿Como capitán, qué transmite al resto del equipo?

—Hay un momento que te cansas de tanta reunión. Intento motivar y ser positivo dentro del vestuario y creo que todo el mundo está positivo y con ganas de acabar bien. Es un año complicado pero esto es deporte, hay 18 equipos y solo un puesto para cada uno. El próximo partido es el más importante.

—Durante toda la temporada ha estado encima de la mesa el debate del pívot y un posible fichaje. ¿Eso afecta al grupo?

—No sé, es la primera vez que lo oigo. No lo sé. No escucho mucho de fuera, todo el mundo puede opinar lo que quiera pero no me ayuda leerlo. Estoy aquí dentro y sé lo que hacemos. No sabía que querían fichar un pívot.

—Por números son de los más destacados. ¿Piensa que hace falta otro pívot?

—Si ellos lo piensan lo tienen que comprar, si no no. Yo estoy bien. Es una decisión del club, no puedo entrar ahí. Los números son buenos pero el deporte no va de números individuales, va de cuántos partidos ganas y cuántos pierdes. Ojalá que el próximo partido sea la novena victoria.

—¿Cómo espera el partido del domingo?

—Complicado porque Gran Canaria está en buena forma y es un equipo muy físico con jugadores de calidad. Va a ser complicado pero es que aquí no hay ningún partido fácil y creo que si jugamos como el último día en casa tenemos muchas opciones de ganar. No miramos más allá. Vamos partido a partido.