Tener la capacidad y los argumentos para romper una mala racha de resultados es uno de los aspectos que marcan el devenir de muchos equipos, más si cabe en una competición como la Segunda, con un calendario tan cargado de partidos. El Real Zaragoza sufre ahora esa crisis de juego y resultados. De las últimas siete jornadas, el conjunto de Popovic solo ha sido capaz de asegurarse siete puntos de los 21 posibles lo que, a pesar de no perder su sexta plaza, le ha alejado irremediablemente de los cinco primeros puestos.

El conjunto aragonés es el quinto peor equipo de la categoría en los últimos siete encuentros, solo por delante de Mirandés, Racing, Barcelona B y Osasuna. Una dinámica que todavía lo mantiene en el último puesto que da derecho a disputar la promoción de ascenso, pero que, en caso de no revertir su trayectoria, lo alejará de la parte noble si los equipos que vienen por detrás como la Ponferradina, el Lugo o el Llagostera mantienen su credenciales de los últimos encuentros.

La peculiaridad de la situación del Zaragoza es que ahora el calendario se endurece. En el último tramo liguero el equipo va a tener desplazamientos complicados frente al Betis, el Valladolid, el Girona, el Leganés o la Ponferradina y recibirá en La Romareda a Las Palmas y Sporting. Partidos de nivel en los que los aragoneses se jugarán toda la temporada. Al contrario, equipos como la Ponferradina encaran el final de la temporada con un calendario mucho más suave.

ENCARAMADOS AL ASCENSO

Antes de sufrir esta mala racha el equipo respondía, de hecho hasta la derrota en Mendizorroza ante el Alavés el Zaragoza había sumado cinco partidos sin recibir un gol, con cuatro victorias y un empate, y parecía que el equipo se encaramaba definitivamente hacia los puestos de arriba. Sin embargo esa derrota en Vitoria fue el principio de una dinámica que solo suavizó la victoria ante el Racing la pasada jornada en El Sardinero.

Tras aquella jornada, la 26ª, los aragoneses sumaron un empate en casa ante el Llagostera, líder de esa hipotética Liga de las últimas siete jornadas y no se trajeron ningún punto de las islas tras sucumbir al buen momento del Mallorca, que con Soler como nuevo entrenador certificó su mejoría derrotando al Zaragoza en el Iberostar.

Las cuatro jornadas sin ganar fueron una losa y la Ponferradina arrebató a los de Popovic el sexto puesto. Un espejismo que el Zaragoza se encargó de romper empatando en casa ante el Lugo una jornada después y aprovechando la derrota de los bercianos ante el Mirandés.

Con la sexta plaza otra vez en su poder, el encuentro ante el Racing se convirtió en la oportunidad perfecta para ampliar diferencias con su más inmediato perseguidor. Una victoria y una más que hipotética derrota de la Ponferradina frente al Valladolid abriría un hueco importante en la clasificación. El Zaragoza ganó, sí, pero los de José Manuel Díaz también lo hicieron demostrando la igualdad que existe en esta Segunda tan larga. Y el pasado domingo se vivió el último capítulo de esta crisis en la que se encuentra inmerso el equipo. Un nuevo empate, ante el Alcorcón, que sirvió al Zaragoza para ampliar a dos puntos su diferencia con la Ponferradina.

Sobre la mala dinámica del equipo, el canterano Diego Rico quiso lanzar una lanza a favor de sus compañeros y aseguró que "si estamos sextos es porque tan mal no lo estamos haciendo. Solamente nos queda trabajar para salir a ganar en Tenerife. La Liga está muy igualada", destacó el defensa burgalés.

Con 11 partidos todavía por jugar el conjunto de Popovic cuenta con el suficiente margen para revertir su mala racha, alejar la crisis y volver a ser ese equipo serio y con personalidad que se encaramó a la promoción hace solo siete jornadas.