Tarde y mal ha empezado la temporada Cristiano Ronaldo. Tarde porque tuvo que recuperarse de la lesión que se produjo en la final de la Eurocopa y mal por la falta de fuerza física que exhibe, una de sus principales virtudes. La frustración que sentía el futbolista de su pésimo rendimiento se agravó en Las Palmas por la sustitución que decretó Zinedine Zidane, retirándole del campo sin que el duelo estuviera resuelto.

Cristiano echa chispas, y así se vio cuando enfilaba el camino del banquillo. Poco o nada acostumbrado a marcharse antes de tiempo, no ocultó su enfado con el entrenador, mientras mascullaba imprecaciones. La excusa de Zidane "pensaba en el partido del martes", dijo, que no fue asimilada por el delantero porque nunca le restaron minutos antes de un partido de Champions.

"Él quiere jugarlo todo, pero yo pienso en todos mis jugadores. Tiene que descansar como los demás", insistió Zidane, enmarcando el relevo en el beneficio que reportaría para Cristiano y al equipo el ahorro de esfuerzos ante la delicada visita al Borussia Dortmund. Mientras tanto, Cristiano mostraba su enfado. Primero despreció a Zidane, sin ni siquiera mirarle cuando le tendió la mano. Luego, sentado en el banco, no paró de hablar. Las cámaras de Cuatro detectaron expresiones del tipo fodaseo "joder" o jódete" y "su puta madre". El delegado Javi García Coll, que sustituía a Chendo, sancionado, se acercó a pedirle calma.

Cristiano Ronaldo está atascado. Y el Real Madrid también se ha parado. En el peor momento, malgastando una gran oportunidad de aprovechar los tropiezos del Barça y el Atlético para echar tierra de por medio. Los números denuncian el peor Cristiano que se ha visto en el Santiago Bernabéu durante meses. La baja forma del astro, que solía empezar las temporadas pletórico, alarma al madridismo, temeroso de que el paulatino apagón de la estrella ya se esté produciendo. El Madrid, con un Cristiano Ronaldo a medio gas, lleva dos empates seguidos.