—Esta será su octava temporada al mando del Bada Huesca. ¿Qué circunstancias se tienen que dar para llevar tantos años dentro del equipo?

—Primero tiene que haber un clima de conformidad entre el club, directiva, jugadores y aficionados. Tenemos que estar cómodas todas las partes. Por lo que se ve, se ha generado el ambiente idóneo para poder comenzar esta octava temporada.

—¿Cómo afronta la temporada que está apunto de empezar?

—Estoy igual que el primer día que llegué aquí, con muchas ganas y cargado de ilusión. Tenemos que estar preparados para afrontar un curso que va a suponer un nuevo reto para un club humilde. Debemos de aspirar a objetivos acordes a lo que somos, teniendo en cuenta nuestro presupuesto, aunque nunca renunciemos a ser ambiciosos.

—¿Cree que Liga Asobal será este año aún más igualada?

—Somos conscientes de la igualdad de la Liga. Los equipos se refuerzan muy bien y eso te indica que la competitividad va a ser mayor que la pasada campaña.Nosotros, y muchísimos equipos debemos de fijar el objetivo inicial en mantener la categoría. A partir de ahí veremos cómo van desarrollándose los acontecimientos. El Bada Huesca debe luchar por mejorar lo que hizo la temporada pasada.

—¿Qué valoración hace sobre la plantilla y los nuevos fichajes?

—El año pasado hicimos diversas apuestas, sabemos por dónde nos debemos mover debido al nivel económico que tenemos. Nuestra labor es ver esos jugadores con calidad que, además, no tengan un caché caro. Nicolás Zungri es una apuesta del club, creemos que tiene un gran potencial y él quiere crecer aquí. Adriá Perez es un jugador consagrado, de reputación en el balonmano español. Es un auténtico lujo poder contar con un extremo de su nivel. En mi opinión, nos hemos reforzado muy bien.

—Los proyectos con continuidad, y bajo un ideal compartido por todos los estamentos del club acaban dando sus frutos, al menos en la teoría.

—Exacto, en la teoría. Pero todo se puede truncar cuando aparece el pensamiento de que ya lo hemos hecho todo, cuando te acomodas y pierdes la tensión es cuando estás más cerca de fracasar. Los problemas vienen cuando comienzas a ser conformista. El cuerpo técnico va a intentar evitar esa corriente y, sobre todo, transmitir la idea principal de que cuanto más equipo seamos, será todo más accesible. No debemos de perder el hambre por mejorar.

—Empiezan la competición en Irún, luego reciben al Barcelona, y se enfrentan a Zamora, Guadalajara y Anaitasuna. ¿Cree que es un calendario exigente?

—Vas a tener que jugar en todas las pistas y tener que desenvolverte en diferentes tesituras. El calendario es duro en función de si logras adaptarte a las derrotas y sabes administrar las victorias. El hecho de perder tres partidos seguidos no supone una decepción, todos los equipos pueden pasar una mala racha. De la misma forma que cuando ganas varios partidos seguidos tienes que estar preparado para esa derrota que acabará llegando. Nuestro trabajo es hacer un equipo competitivo que se adapte a un calendario que siempre va a ser duro.

—¿Dedica especial atención a la preparación psicológica?

—Los protagonistas son personas, hay que saber ir formando a los jugadores atendiendo a las necesidades de cada uno para que sepan cual es la realidad y sus posibilidades, tanto de forma individual como coletiva. Siempre es bueno frenar todo tipo de expectativas y tirar de humildad. Es relevante cuidar el apartado físico, pero cuidar el aspecto mental de los jugadores es vital.

—¿Qué filosofía busca transmitir a sus jugadores?

—Desde el principio siempre hago hincapié en hacer ver nuestra realidad, somos un equipo mortal. Podemos ganar en muchos sitios y debemos ser conscientes de que vamos a perder en muchos otros. Aquellos que no sepan con certeza su realidad van a tener menos posibilidades de triunfar. Tenemos que tratar de ir con el cuchillo entre los dientes.