El fútbol, ese deporte en ocasiones tan caprichoso, reparte justicia e injusticia entre todos los equipos. Es difícil poner de acuerdo a casi todo el mundo porque en el fútbol pocas veces existe el blanco o el negro, hay muchos grises. Los ascensos no culminados del Girona, que hasta en cuatro ocasiones, dos de ellas en la 14-15, ha estado en la antesala, ponen de acuerdo a mucha gente en que fue cruel e injusto. De todos modos, pocas veces lo han tenido tan fácil para alcanzar el sueño de Primera. Y es un sueño porque el Girona no ha jugado nunca en la máxima categoría. De hecho, ha estado 44 temporadas en Tercera, 13 en Segunda B y 21 en Segunda.

Su primer intento llegó en la campaña 12-13 con Rubi en el banquillo. Después de finalizar las 42 jornadas en cuarto lugar, el conjunto catalán eliminó al Alcorcón, pero en la eliminatoria definitiva sucumbió ante el Almería. En casa perdieron 0-1 y, en tierras andaluzas, hicieron lo propio por 3-0.

La campaña siguiente, la 13-14, fue especialmente dura para el Girona, pero sirvió para sentar las bases de lo que a día de es el equipo gerundense. Comenzó la temporada en el banquillo Ricardo Rodríguez y en la jornada 18 fue destituido. En aquella fecha, el Girona entró en descenso y no salió hasta la última jornada. A mitad de temporada, Javi López se hizo cargo del equipo y, a trece partidos del final, el Girona contrató a Pablo Machín. Y hasta hoy.

EL MÁS DURO

Hasta el encuentro de esta tarde, nunca antes había tenido tan fácil el Girona el ascenso como en la campaña 14-15. Los catalanes llegaron a la última jornada, en casa y contra el Lugo, sabiendo que dependían de sí mismos y ante un rival que no se jugaba nada. Si ganaban, eran de Primera. Además, un empate o una derrota del Sporting de Gijón ante el ascendido Betis en el estadio verdiblanco también le servía. Los asturianos vencieron 0-3 y el Girona iba 1-0 gracias a un tanto de Sandaza hasta que en el descuento Caballero logró el empate.

Aún tenía el Girona una bala más en la recámara que era la promoción de ascenso. En La Romareda ganaron 0-3 tras una tarde aciaga del Real Zaragoza, pero el conjunto de Popovic obró el milagro tras una apoteósica primera parte en la que igualaron el 0-3 de la ida. En la segunda mitad, se logró la épica remontada zaragocista con el 1-4 final.

La temporada pasada, como en la 12-13, llegaron a la ronda final de la promoción de ascenso tras eliminar al Córdoba en Montilivi en la prórroga. Sin embargo, la historia se repitió una vez más. Osasuna venció en El Sadar 2-1 y, en Gerona, de nuevo se rompieron los sueños al ganar los navarros por 0-1.

Muchas veces han saboreado las mieles de Primera, pero nunca ha estado tan al alcance. Ya tuvieron la primera oportunidad ante el Nástic la semana pasada y en esta, contra el Real Zaragoza, a los dos les vale el empate. Ya les toca.