El nombre de Pedro León, futbolista de moda esta semana por su gol al Valencia y que esta tarde pisará La Romareda, pasó a ser parte de uno de los culebrones del verano por la guerra que mantuvo el Getafe con el Valladolid para hacerse con sus servicios. El centrocampista quería dejar Zorrilla y Ángel Torres, presidente del club azulón, llevaba unos años encaprichado con este futbolista diferente y genial. Lo seguía desde su etapa en el Murcia, quiso ficharlo del Levante, pero al final tuvo que aplazar la operación hasta este año, en el que logró incorporarlo a la plantilla de Míchel.

No fue fácil, durante semanas se mantuvo una guerra abierta y tensa entre getafenses y vallisoletanos que se cerró con llegada del centrocampista al Coliseum. El Valladolid exigía los 6 millones que reflejaba su cláusula de rescisión, pero al final cedió por 4,1 ante la insistencia de Ángel Torres y del propio jugador. Esa cantidad, en principio desproporcionada para un jugador de este tipo y para un club como el Getafe, no asustó al avispado presidente madrileño, que, cuando solo han transcurrido cuatro jornadas de Liga, se frota las manos pensando en lo que aportará a su equipo en presente y en lo que dejará en las arcas en un futuro. Pedro León deslumbra por su juego como centrocampista por la banda derecha, sobre todo por su habilidad para golpear las faltas desde fuera del área, lo que ha provocado que algunos le compararen con Beckham. Lo sufrió hace tan solo cuatro días Moyá, el portero del Valencia, al que le coló por la escuadra un espectacular lanzamiento a balón parado. Visto lo visto en cuatro días, Ángel Torres reconoce que "Pedro León nos va a durar poco en el Getafe". Y advierte: "Su cláusula es de doce millones".

Una familia con historia

La historia de Pedro León Sánchez Gil (Mula, 24 de noviembre de 1986) es incluso más llamativa de lo que ha sido el fútbol que ha exhibido en las últimas semanas. Es una historia de familia. De un abuelo llamado León; de un padre llamado Pedro León que decidió que todos sus hijos llevaran el nombre de su progenitor; de un hermano, León, el mayor, fallecido en accidente de quad al que le dedica todos los goles; y de otro, Luis León, que saltó a la fama en el 2008 con su primer triunfo en el Tour de Francia, que hace pocos meses conquistó la Paris-Niza, y que también celebra sus triunfos recordando la figura de su difunto hermano. Aún queda otro hermano, Antonio León, además del futbolista del Getafe, que pisará hoy el césped de La Romareda con la intención de repetir sus últimas travesuras desde la frontal del área.

Pese a su extraordinario talento con el balón, resulta incluso extraño que Pedro León haya acabado siendo futbolista profesional. Tenía vocación de policía y en su casa creció en un ambiente ciclista que ha conducido a su hermano --corredor del Caisse d´Epargne-- a ser uno de los corredores más prometedores del pelotón mundial. La razón de crecer en un ambiente de ruedas y pedales tampoco es casual. Es otra historia. Su padre, guardia civil, fue herido en un atentado de ETA en Bilbao y para rehabilitarse de las graves lesiones en las piernas le recomendaron la bici. Pedro León, el padre, compró tres. Una para él, y otras dos para sus hijos León y Luis León. El otro Pedro León, el hijo, estaba chutando faltas en las escuelas deportivas del pueblo. Ya se había decidido por el balón. Acertó, con tan solo 22 años el nieto de León deslumbra en Primera.