Más mermado aún de lo ya habitual, sin Demetrio ni Asier Antonio --en la grada recuperándose de sus respectivas artroscopias--, el Balonmano Aragón apenas pudo plantar batalla en los minutos iniciales a un Cuenca que tuvo muy claro cómo atacar a su rival, aprovechando sus debilidades defensivas. No tardó el conjunto de Zupo Equisoain en lograr una renta cómoda que le permitió manejar el encuentro ante un Aragón muy joven y con menos argumentos. El equipo de Mariano Ortega se veía incapaz de frenar al Cuenca, sobre todo por el extremo de Sifre pero también por el centro del ataque.

La desventaja para los aragoneses llegó a ser de ocho goles de diferencia así que, por más que en la segunda parte probó cosas diferentes, defensas más abiertas, la diferencia apenas pudo rebajarse a los cinco tantos. El brazo de Lipovina resolvió los momentos de mayor duda conquense en un segundo periodo en el que Zupo tuvo que pedir tiempo muerto ante la reacción del Aragón. Los veteranos como Sorli y Cartón tiraron del carro del conjunto local para evitar que la derrota fuera demasiado abultada y ofrecer una mejor imagen ante una grada que ayer estuvo mucho más vacía que de costumbre.