Tampoco ganó en Fuenlabrada el Tecnyconta Zaragoza, que se sitúa ya al límite del peligro en la clasificación de la Liga Endesa. Las siete victorias que acumula en veintidós partidos le mantienen empatado con Joventut, Murcia y Betis y solo una por encima del Obradoiro, que ocupa puesto de descenso y que visita el Príncipe Felipe el próximo sábado. Es decir, ahora mismo al equipo aragonés solo le salva el hecho de que hay dos equipos aún peores y se jugará la temporada a una carta el próximo fin de semana. Todas las alarmas están disparadas. En Fuenlabrada, muy mermado, el Tecnyconta peleó pero se quedó sin fuerzas y acabó cayendo con cierta claridad (93-80).

Fue un quiero y no puedo del conjunto zaragozano, que volvió a jugar con siete jugadores. Esta vez obligado por las circunstancias porque finalmente ni Tomás Bellas ni Martynas Gecevicius pudieron formar parte del equipo. De hecho, ni aparecen en el acta. Dejaron su sitio a Joan Ferrán Bernacer y Vit Krejci, que hasta saltaron a la pista al final del tercer cuarto. Ya fue más de lo que jugó Filip Kraljevic, de nuevo relegado a la nada. Además, tras el partido Andreu Casadevall reveló que Adas Juskevicius jugó con fiebre y que había estado vomitando por la mañana. Total, que Sergi García volvió a tomar los mandos con una actuación más que notable aunque acabó agotado, y la responsabilidad recayó en Miki Servera, que durante la temporada ha ido apareciendo con cuentagotas.

Tuvo buenos momentos, algunos, el equipo aragonés, sobre todo en el segundo cuarto, pero volvió a sufrir mucho en defensa. Pese a todo lo dicho durante la semana, pese a la insistencia de Casadevall, el Tecnyconta recibió 28 puntos en los primeros diez minutos. Además, cometió excesivas pérdidas y rebajó notablemente su acierto desde el tiro libre, síntomas del agarrotamiento, la tensión, el miedo, que recorren al equipo aragonés. Supo recuperarse de un pésimo inicio y ponerse por delante para pelear durante dos cuartos, pero conforme sus hombres importantes se fueron quedando sin fuerzas se diluyeron las opciones de éxito.

DEFENSA INCONSISTENTE / El Montakit Fuenlabrada dio la imporesión de tener las ideas más claras. Hizo daño por dentro con Sekulic y por fuera con Popovic, movió mejor el balón y no tuvo excesivas dificultades para encontrar una buena opción sorteando con facilidad la defensa zaragozana. En el Tecnyconta ni había muchas opciones ni daban el resultado esperado. Juskevicius cumplió teniendo en cuenta que estaba enfermo, Norel fue la referencia en ataque en los malos momentos, Jelovac acabó con dobles figuras. Servera tuvo 21 minutos, casi el doble de los que jugó los cuatro partidos anteriores juntos. Barreiro salió ocho minutos y por dentro Casadevall prefirió jugar con dos cuatros antes que dar entrada a Kraljevic.

Al final del tercer cuarto saltaron a pista Bernacer y Krejci, que no tenía ni camiseta propia, con lo que el Tecnyconta juntó a sus dos júnior con Barreiro, Servera y Jelovac. Para frotarse los ojos. El equipo zaragozano aguantó hasta que le alcanzaron las fuerzas después de que sus siete jugadores superaran los veinte y hasta los treinta minutos de juego y acabaran exhaustos, siempre un paso por detrás del Fuenlabrada, sin llegar a cerrar las acciones. Con lo que tiene ahora mismo ha quedado claro que no le alcanza al Tecnyconta. El club debe plantearse seriamente si debe reforzarse o no de inmediato, con uno o con dos jugadores como reclamaba Casadevall. Porque jugárselo todo a la carta de ganar en casa al Obradoiro es jugar con fuego y arriesgar demasiado. Las alarmas llevan tiempo sonando y al peligro del descenso se suma el del desencanto con un equipo que sigue cuesta abajo.