Michelle Gisin, una suiza de 24 años de una familia de campeones, se interpuso en el último posible éxito del dúo de estadounidenses que llegó a los Juegos de Pieongchang con la vitola de posibles reinas del esquí alpino. Ni la veterana Lindsey Vonn (33 años) ni la emergente Mikaela Shiffrin (22) pudieron hacerse con el último oro individual, que se jugaba en la combinada (descenso más una manga de eslalon). Vonn se salió al querer forzar en la prueba técnica -tras haber registrado el mejor tiempo en el descenso- y Shiffrin pasó del sexto puesto a la medalla de plata. La suiza Wendy Holdener, amiga, casi como una hermana para Gisin, se llevó el bronce.

«Es un poco frustrante. Después de tantas lesiones, no volveré a estar nunca al nivel que tenía, porque mi cabeza me sigue pidiendo cosas que mi cuerpo dice que no puedo hacer», se quejó Vonn en su despedida olímpica. La mujer que lo ha ganado todo en la Copa del Mundo y que está a solo cinco victorias del récord del sueco Ingemar Stenmark (86), dejará en el historial olímpico solo tres medallas, y dos de ellas logradas en Vancouver 2010: oro en descenso y bronce en supergigante. En Pieonchang solo ha podido añadir el bronce en descenso.

La heroína del día fue Michelle Gisin, que se las apañó para regular en el eslalon el tercer puesto conseguido en el descenso y ganar el segundo oro para la familia. Su hermana mayor, Dominique, fue oro en el descenso en Sochi 2014. Ayer la asistió en todo lo necesario porque Michelle se había dañado una mano al caerse el día anterior en el descenso. Su hermano Marc, también olímpico, fue 21º en descenso.