El ciclismo es un deporte distinto al resto. Si un futbolista finge una lesión para parar el juego, el ciclista aparenta no sufrirla para no ser el rival más débil. Lo típico en cualquier campo de cualquier deporte de equipo sería impensable para un ciclista. El ciclista es un ser de otra pasta, preparado para caer y levantarse rápidamente, sea cual sea su lesión. Raro y preocupante es ver a un ciclista en el suelo y cuando es así sabemos que es algo de verdadera gravedad.

De esto sabe latín el irlandés Dan Martin (Quick Step Floors Cycling Team) que ha completado más de la mitad del Tour de Francia con dos vértebras fracturadas tras su grave caída con Richie Porte en la bajada del Mont du Chat camino de Chambéry en la etapa 9 del pasado Tour. Esta caída mandó a casa al australiano Porte con una fractura de pelvis y una fractura de clavícula, que le tiene aún postrado en una silla de ruedas con la que se mueve por su casa de Mónaco.

Una caída que descafeinó el Tour

Esta fue, probablemente, una de las caídas más graves de este Tour, por la entidad de los caídos, pero rivaliza con las caídas de Ion Izaguirre y Alejandro Valverde en la crono inicial de Düsseldorf. Pese a la dureza de la caída y la espectacularidad de la misma, Dan Martin, un luchador incansable capaz de llevarse la Lieja-Bastoña-Lieja de 2013 o Il Lombardia de 2014, se levantó todo lo rápido que pudo del suelo, recibió una nueva bicicleta y volvió a montarse en ella para afrontar el tramo restante de bajada que le restaba, mientras por delante Bardet, Froome, Urán y compañía se castigaban en la bajada.

Urán fue precisamente el hombre que salvó de milagro la caída ya que iba a rueda de Dan Martin en el descenso y tuvo la pericia y la suerte suficientes para no dar con sus huesos en el suelo. No tuvo tanta suerte Martin, que cayó tras no poder evitar el cuerpo de Richie Porte se fue también contra el margen derecho de la tierra cercana a la carretera. La bajada del Mont du Chat se estaba realizando a alta velocidad y ya se había avisado de que sería una de las más peligrosas de este pasado Tour.

Un esfuerzo titánico

Su esfuerzo le valió para llegar a París y hacerlo sexto en la general, por delante de nombres como Alberto Contador o Simon Yates. Ahora, tras terminar su Tour más sufrido, pero en el que ha conseguido su mejor resultado hasta la fecha, ha descubierto que tenía dos pequeñas fracturas en las vértebras L2 y L3 (en la zona lumbar) que le obligaban a llegar así al autobús del equipo situado en meta:

El irlandés ha asegurado que "mientras iba en la bici no tenía ninguna molestía", pero al bajarse "lo notaba todo y no estaba cómodo", por lo que se realizó unas radiografías que mostraron su lesión, que le va a dejar fuera de disputar la Clásica de San Sebastián y que le tendrá apartado de la bicicleta unas tres semanas. Queda patente desde luego que los ciclistas son de otra pasta y que la determinación y la pasión por este deporte les lleva a realizar verdaderas hazañas como esta.