En su regreso después de 38 meses de ausencia, David Villa bajó ayer de la nube en que dice encontrarse después de la llamada de Julen Lopetegui para realizar su primer entrenamiento con la selección española en la ciudad deportiva de la federación. Tras él, se mostró dispuesto a ayudar en todo lo que pueda, dentro y fuera del campo, para que el equipo español consiga sin demora la clasificación para la fase final del Mundial de Rusia 2018, algo que puede quedar prácticamente hecho si el próximo sábado La Roja se impone a Italia en el Bernabéu.

Un partido en el que le haría una ilusión tremenda participar, pero para el que en ningún caso piensa que puede ser titular. «Para nada sería una decepción para mí si no juego. Estoy viviendo unos días fantásticos y solo quiero ayudar, pero llevo tres años sin venir y tengo que ganármelo. Ojalá pueda hacer una buena semana de entrenamientos y pueda participar», dijo el máximo goleador de la selección española (59), de 35 años, que aseguró que su rol en el equipo español será el de siempre: «Ayudar, ser uno más y poner todo lo que tengo para intentar ganar a Italia. El entrenador es el que decide. Para mí es un sueño enorme estar aquí y voy a dejarme la vida por ayudar. Estoy preparado».

El delantero del New York City aclaró que él nunca dio por cerrada su etapa como internacional. «Igual me expresé mal. Nunca perdí la ilusión pero era realista y estaba difícil porque había muchos delanteros de calidad».