El simple regreso de Culio a La Romareda ya tenía morbo de por sí debido a los antecedentes del argentino con el Real Zaragoza, pero esta semana se sumó un ingrediente más para que su vuelta al feudo blanquillo sea más sonada. La madre del futbolista del Mallorca falleció esta semana y Culio rechazó ir a su Argentina natal para asistir a su funeral para ayudar a su actual equipo a lograr la salvación. No fue una decisión fácil, pero su salud no era buena desde hacía semanas. Al contrario que Culio, Fran Rodríguez sí asistió al funeral de su abuelo y se perdió el choque ante el Sevilla Atlético.

El argentino ya advirtió a sus compañeros del delicado estado de salud de su madre antes del encuentro que su equipo perdió por 1-0 en Alcorcón el pasado 31 de marzo. Entonces ya se quedó para disputar el encuentro y, esta vez en La Romareda, no será menos, en un gesto que ha sido muy aplaudido por Sergi Barjuan y por la parroquia bermellona al exibir compromiso con el club. Eso sí, la teoría de que Culio quería jugar a toda costa en La Romareda aún a costa de no acudir a un acontecimiento tan personal y sentido como es el funeral de su madre pierde puntos porque la decisión de ayudar al Mallorca venía de lejos.

Relación tortuosa

La montaña rusa en la que se convirtió la relación del argentino con el Real Zaragoza vivirá hoy un nuevo episodio. Comenzó mal tras el ascenso de Las Palmas a Primera División. En un momento de fervor, Culio entonó en la celebración unas palabras que sentaron muy mal a la afición zaragocista: «Soy muy polémico. Se lo dedicó a Popovic, con todo el corazón. Lo tenía muy armado, con Zaragoza festejándolo, pero los que lo festejamos hoy somos los canarios», dijo ante los vítores de la hinchada canaria. Entonces, comenzó un cántico que decía: «Parad, parad, parad para hacer una foto, que van para Zaragoza con el culo roto».

Circunstancias que solo el caprichoso destino tiene, Culio fichó por el conjunto aragonés siete meses después de aquel incidente. En su presentación, que fue junto a Alberto Guitián, el argentino fue abucheado por el público en La Romareda. Entonces, se dirigió a ellos señalándose el escudo y dijo que eso «es lo más grande». Minutos antes, ante los medios de comunicación, el centrocampista afirmó que «si alguno está dolido pido mil disculpas. No fue mi intención hacerle daño al Real Zaragoza porque si no, no hubiese venido ahora».

El declive

De su punto más alto, la montaña rusa volvió a bajar. Primero fue por su rendimiento, con doce partidos jugados sin pena ni gloria y una expulsión en la primera parte en Vitoria. Después, tras romper su relación contractual con el Real Zaragoza en verano, el futbolista firmó por el Mallorca y, antes del choque de la primera vuelta ante su exequipo, el jugador comentó en una entrevista con el diario Marca que se «equivocó» en la decisión de ir al Zaragoza «porque mi familia no estuvo a gusto. Cometí un error pensando en lo deportivo sin pensar en lo demás. Fernando Vázquez me llamó, pero ya me había comprometido con el Zaragoza y no podía romper la palabra. En lo deportivo estuve bien y también con la afición, pero si no es feliz mi familia, como sucede ahora, me afecta».

Aquel día, Culio marcó y lo celebró. Minutos más tarde, Edu García le mostró el escudo del Real Zaragoza, ese mismo que el argentino se señaló en su presentación, al ser sustituido en un gesto lleno de orgullo. Hoy se vivirá un nuevo asalto de esta relación con innumerables altibajes que parece sin solución.