La grave lesión de Jaime Romero es una muy mala noticia para el Real Zaragoza. Se trata de una de las grandes apuestas deportivas de la temporada, y consiguientemente económica, y de uno de los futbolistas más desequilibrantes de Segunda. El daño a corto y medio plazo para el equipo es evidente: estamos ante un jugador importante, con poca constancia en los partidos pero con apariciones fulgurantes y decisivas.

Pero a más largo plazo hay que mirarlo desde otro prisma. Para cada problema, aunque sea de este calibre, hay una solución. Y en eso ha de trabajar la SAD. La normativa le permite invertir 150.000 euros en este caso. Ahora mismo el club asegura no tenerlos. Si los encuentra, su destino debe estar claro: un delantero, un delantero.