—Esta es su primera temporada en el primer equipo y va a vivir una fase de ascenso. Debe de ser algo idílico.

—Para mí es la situación soñada. Desde que entré en el club con 10 años siempre he soñado con vivir un momento grande en el Real Zaragoza; ser capaz de ayudar al club a ser mejor. Ahora ese deseo se ha hecho realidad y estoy muy feliz por poder vivirlo. Al fin y al cabo es aquello que todo jugador de la casa desea.

—¿Cómo hace frente un canterano zaragocista a una situación de tanta exigencia?

—Me lo tomo con mucha responsabilidad. Detrás de nosotros hay mucha gente que nos apoya y que desean que logremos el objetivo del ascenso. Todos estamos juntos en esto; tanto los jugadores como nuestra afición. Solo queremos estar el año que viene en Primera División.

—Dicen que en el ‘playoff’ hay una atmósfera diferente al resto de la Liga. ¿Lo ha notado?

—Se respiran sensaciones diferentes. Noto en el ambiente mucha ilusión, pero también tensión por estar concentrados, por seguir rindiendo como hasta ahora. Durante estos días el ambiente es diferente al visto en la Liga. Ahora vienen dos finales que hay que ganar para poder disputar otras dos finales. Así lo vemos. Es exigente, pero nosotros lo vivimos con mucha ilusión.

—¿Considera que el ‘playoff’ es un mundo paralelo a lo visto hasta ahora?

—Así es, no tiene nada que ver con la Liga. Por eso lo afrontamos con otra mentalidad, sabiendo que ahora todos tenemos las mismas fuerzas. Nos tenemos que centrar primero en el partido de Los Pajaritos, como si nos lo jugásemos todo ahí. Ahora ya no sirven las matemáticas, sabemos que cualquier error puede penalizarte al máximo. Por eso tenemos que seguir unidos como hasta ahora. Somos conscientes de que el ascenso está en nuestras manos.

—La gente lo ve muy cerca, casi se puede tocar. ¿Perciben esa ilusión tan generalizada?

—Claro que se notan las emociones de la gente. Ahora el fútbol es más interactivo con las redes sociales y se puede apreciar toda la pasión que está rodeando al equipo. La cercanía de la gente es muy grande y te transmiten muchísimas cosas. Es en estos momentos cuando realmente te das cuenta de todo lo que podemos llegar a transmitir los jugadores y el equipo. Todos vemos que se puede conseguir el ascenso.

—Usted comenzó jugando este año en enero, ante el Barça B, y 20 partidos después ya es todo un lateral de peso en la categoría. ¿Ha percibido esa evolución?

—Los jugadores somos los primeros que nos damos cuenta de nuestro rendimiento. Cuando echo la vista atrás, y miro como empecé, me doy cuenta de todo lo que he crecido y de todas cosas que me quedan por mejorar.

—¿Es Daniel Lasure indiscutible?

—Yo no me siento indiscutible, porque en el momento que te relajas puedes perder tu sitio. Para mí la titularidad es el día a día. Es entrenar cada día con la misma intensidad, siguiendo los consejos del míster y tratando de mejorar para ayudar al equipo. Cada semana doy el máximo para jugar una semana más.

¿Qué diferencia ha notado entre el primer partido y el último?

—Cuando empiezas tienes muchos nervios y cuesta gestionar la tensión. Pero conforme vas jugando te vas soltando, intentas ser más participativo y te desmelenas. Yo lo he notado, cada vez tengo más personalidad.

—Ahora todo ha cambiado, usted ya no es solo un canterano, sino que es un jugador fuerte de la primera plantilla.

Antes pedía fotos a los jugadores del Zaragoza y ahora me las piden a mí. Es algo muy bonito por cómo ha cambiado todo. Los jugadores estamos expuestos a esto y así es esta profesión. Yo lo vivo con mucha normalidad, porque va a llegar un día que pocos se acordarán de ti y nadie te pida fotos. Siento el cariño de todos y es algo que me hace feliz. Pero esto se acabará. Yo me considero una persona corriente, ser futbolista no te hace mejor que nadie.

—En esta plantilla parece que todos hayan salido de la cantera por el compromiso que hay.

—Es cierto. Se ha generado un grupo muy fuerte. Hemos sabido celebrar los éxitos, pero también hemos sabido gestionar las decepciones y aprender de los errores. Nos hemos ayudado mucho entre todos porque no somos solo un equipo, va más allá del fútbol. Cada uno ha puesto de su parte para que todos sintamos esto con mucha más pasión.

—¿Qué opinión tiene sobre el Numancia?

—Me parece un equipo muy complicado. Les hemos ganado los dos partidos de Liga, pero ahora es otra historia. En la promoción no importan los precedentes porque sabemos que el Numancia es capaz de ponernos en apuros. Tienen jugadores de mucha calidad, sobre todo arriba. Estoy convencido de que si rendimos como en los últimos encuentros tendremos opciones de pasar a la final. Pero para ello hay que demostrarlo en el campo, porque ahora no hay favoritos. Cada partido es un mundo.