El Barça sabe que mañana juega un partido y cuál es el rival, el Betis. Lo que ayer por la noche todavía no sabía es dónde tendría que desplazarse para enfrentarse al equipo verdiblanco: si a Sevilla, como pretende a toda costa la entidad andaluza en su pulso particular con la federación española, o a Madrid, como había determinado esta última. Lo que sí es seguro es que hoy se sabrá dónde se juega definitivamente el encuentro. El Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD) se reunirá esta mañana para determinar la sede y poner fin a una situación esperpéntica e impropia del superprofesionalizado mundo del fútbol.

El desconcierto y malestar en el club azulgrana era ayer notable por la situación. Tal es el despropósito que el Barça ya tiene cerrada una alternativa de viaje hasta Madrid, si finalmente se decide jugar en el estadio Vicente Calderón. Mientras, el autocar del equipo emprendió ayer viaje hasta la capital andaluza con parte del material. El conductor, no obstante, ya sabe que puede recibir órdenes de variar el rumbo del trayecto en cualquier momento.

METER PRESIÓN Tal desconcierto parece que no afecta a los jugadores. Eidur Gudjohnsen aseguró ayer que el equipo solo sabe que juega a las ocho de la tarde. "Solo estamos pendientes de ganar y meter presión al Madrid. Podemos ser campeones", admitió el islandés.

Fuentes del Consejo Superior de Deportes (CSD) consideran que el CEDD no accederá a satisfacer la petición de suspensión cautelar de la sanción que solicita el Betis en su recurso. El comité tendrá presente la filosofía que emana de la ley contra la violencia, el racismo y la xenofobia en el deporte, en vigor desde julio del 2007. Se trata de hacer cumplir las sanciones con inmediatez y evitar la picaresca de que los clubs castigados puedan retrasar a su conveniencia el cierre de sus estadios.

El club bético, en cambio, considera que el CEDD no tendrá más remedio que conceder la suspensión cautelar de la sanción o al menos no obligará a que sea aceptada la imposición de la federación de que el partido se juegue en el Calderón.

COINCIDENCIA PELIGROSA Los argumentos esgrimidos por la entidad verdiblanca tienen que ver con la seguridad. "La decisión de la federación es un disparate jurídico y material. Constituiría un atentado contra el orden público que se quiere preservar", dijo Jaime Rodríguez Sacristán, jurista del Betis. El club andaluz considera peligroso hacer coincidir en un mismo fin de semana a cuatro hinchadas rivales, ya que el domingo el Sevilla juega contra el Madrid en el Bernabéu. "Es una temeridad aglutinar a un gran número de hinchas rivales. Es casi un acto terrorista, porque terrorismo es poner en peligro la vida de los demás", agregó Rodríguez. "El Comité de Disciplina Deportiva no tendrá más remedio que conceder la suspensión cautelar para preservar la paz social", sentenció.

Antiviolencia propuso ayer multar con 10.000 euros al hincha bético que lanzó la botella contra Armando, portero del Athletic, además de prohibirle la entrada a cualquier recinto deportivo en los próximos dos años. El organismo, sin embargo, acordó no multar al Betis por el incidente, que motivó la suspensión del partido el pasado día 15.