El último percance en el fútbol aragonés parece haber quedado definitivamente en un susto. Diego Ruales, el joven guardameta del Stadium Venecia de Segunda Juvenil, sufrió una parada cardiorrespiratoria el pasado domingo por la mañana durante el partido que enfrentaba a su equipo con el Delicias de la que se recupera en el Hospital Miguel Servet. Su evolución ha sido muy buena desde su ingreso. De hecho, ayer por la tarde se esperaba que lo trasladasen a planta desde el box de urgencias, donde permanecía desde el domingo.

Si todo va bien, en un par de días estará en casa. Ayer lo visitaron familiares y amigos, entre ellos Ángel Espinosa, que lo vio "dolorido y agotado pero bien", explicó el coordinador de la sección de fútbol del club, que agradeció la reacción de las personas que acudieron a socorrer al guardameta colombiano.

El primero en auxiliar a Ruales fue Víctor Jacome, segundo entrenador del juvenil C del Stadium Venecia, que suele ser el encargado de ayudar a los jugadores que sufren algún tipo de lesión o golpe. Así lo recuerda: "Era el minuto 42 de la segunda parte, fue a cortar un balón por el aire, voló y cayó mal. Yo fui a atenderlo y cuando lo levanté me dijo que se mareaba un poco. Después del cambio lo tumbamos en el suelo en posición lateral para que se tranquilizara y ya no lo movimos, aunque es verdad que las pulsaciones le iban muy rápido. De repente empezó a tener convulsiones y yo me asusté. Entonces ya había acabado el partido y se acercaron Raúl Gutiérrez y el entrenador. Primero le metí yo los dedos en la boca porque me di cuenta de que se ahogaba y después Raúl le hizo el boca a boca".

Según explica Jacome, vivieron momentos de mucha tensión. "Cada vez que lo reanimábamos tosía porque le costaba respirar. Pronto llegó la Policía, lo puso boca arriba y empezaron a hacerle masaje cardiaco. Poco después llegó la ambulancia, en diez o quince minutos. Él ya había abierto los ojos. Se identificaron, le dijeron quiénes eran y que lo iban a llevar al hospital, lo tranquilizaron y nos dijeron que nos alejáramos", cuenta Jacome, que define al guardameta como un chico "muy majo, muy pacífico", al que le gusta "reírse y el fútbol".