"De verdad que me esperaba esa progresión, por supuesto que sí", asegura Antonio Calderón, actual entrenador del Cádiz y que en la 2012-2013 dirigió hasta finales de diciembre al Huesca, por lo que tuvo casi media temporada a sus órdenes a Borja. "El que tiene gol lo posee desde pequeñito y hasta que se muere. Eso es algo innato", añade.

"Recuerdo que le insistíamos mucho en aspectos del juego como salir más fuera del área y caer a bandas, ofrecerse más. Allí tenía que ser más duro y más fuerte, pero dentro del área ya definía y decidía como un veterano. Donde está el gol está él", resume Calderón. Aquella temporada en el Huesca firmó 9 dianas en 31 partidos en Segunda. "Si es que es muy joven todavía, solo tiene 22 años y cuando estaba en el Huesca, 20. Para la edad que tiene va creciendo y evolucionando sin parar. Va en progresión año a año"

Para Calderón su paso por el Huesca fue importante para que Borja volviera sentirse futbolista. "La lesión en la rodilla en el 2010 le frenó mucho, porque era un momento clave. Después salió al Murcia y notó ese peaje, pero en Huesca volvió a encontrarse consigo mismo y a confirmar lo que apuntaba en el Atlético y en las categorías inferiores de la selección", explica.

EL BAGAJE DE LA MADUREZ El actual entrenador del Cádiz no le pone techo, porque "posee condiciones para ser un delantero de referencia de equipo importante en España, del Atlético o de cualquiera. Ya ha ido militando en equipos importantes, como ahora en el Zaragoza, o antes en el Deportivo, en el Murcia o en el Huesca y esa madurez la va a notar, porque supone un bagaje indispensable para triunfar", indica el entrenador andaluz.