—Vuelve a Zaragoza después de dos años vistiendo la camiseta blanquilla, además es el 60º aniversario de La Romareda. ¿Será un día especial para usted?

—Será un partido muy bonito. Siempre que pisas La Romareda es bonito, encima tuve el privilegio de vestir la camiseta blanquilla. El ambiente será un plus para disfrutar del encuentro, aunque nosotros vamos con la mentalidad de hacer las cosas bien y sacar puntos de este estadio.

—El Alcorcón ha sufrido una profunda remodelación este verano y, sin embargo, parece un equipo maduro y con mucho trabajo a las espaldas.

—Tuvimos la suerte de formar el equipo muy rápido y eso nos permitió trabajar todo el verano para preparar el inicio de Liga. Las cosas están saliendo bien, siendo sólidos en defensa y siendo un equipo incómodo para nuestros rivales. Vamos a intentar prolongar la racha positiva que llevamos intentando hacer las cosas aún mejor.

--¿Qué opinión tiene sobre el actual Real Zaragoza?

—He visto los partidos del Zaragoza y es un equipo que tiene jugadores de gran calidad que les dan un plus. Es un equipo que si le dejas jugar te pueden romper el partido, sobre todo con su segunda línea. Vamos a tener que estar a más del 100% para poder sacar un resultado positivo.

—¿Les ha dicho el míster de poner especial atención en Borja Iglesias?

—Borja Iglesias no es su único peligro, hay otros jugadores que también hacen que Borja marque. Es cierto que está haciendo un gran inicio de Liga, pero el equipo, en líneas generales, está rindiendo a un buen nivel. Cada vez están mejor.

—¿Una vez que sale de Zaragoza se nota la exigencia que hay?

—Sí, claro. El Zaragoza por afición y por historia siempre te va a exigir estar arriba, esa presión bien entendida puede ser positiva para la motivación personal, pero hay otros jugadores que no son capaces de asimilarla. Hay que saber llevarlo. Para mí, tener un estadio al que van 20.000 personas es un gran incentivo.

—Llega al Real Zaragoza con un equipo prácticamente nuevo, ¿qué le lleva a aceptar la propuesta del club?

—Yo venía de un buen año en el Real Murcia, donde logramos clasificarnos para el playoff y eso me sirvió para tener el placer de jugar de blanquillo. Fue una muy buena etapa donde estuvimos cerca de ascender.

—El primer año que vivió de blanquillo estuvo lleno de emociones, sobre todo en el ‘playoff’.

—Toda la promoción fue inolvidable. Pierdes 0-3 en casa y remontas en Montilivi, eso fue un hito que difícilmente se volverá a repetir. Luego al salir del AVE te encuentras tantísima gente en la estación, fue algo realmente precioso. En el partido de ida ante Las Palmas la gente nos daba ánimos desde la salida del hotel. Siempre estaré contento de haber pertenecido a este club.

—En la memoria sigue aquel cabezazo que dio en el palo en la final contra Las Palmas. ¿Se sigue acordando de esa jugada?

—Sí que me acuerdo. Pudo haber cambiado la historia del Real Zaragoza. Yo jamás he jugado en Primera y era mi gran oportunidad para cumplir ese sueño. Todavía me sigo acordando de mi cabezazo al palo ante Las Palmas. Pero ya es pasado y esas experiencias te ayudan a crecer. El fútbol es así, por pequeños detalles te cambia la vida.

—El segundo año fue mucho más amargo para usted y el club.

—Fue todo mucho más difícil. Se confeccionó una buena plantilla para tratar de que el equipo estuviera arriba y las cosas no salieron como se esperaba. Sobre todo por la debacle en el último partido, ese grupo no merecía un final así.

—¿Sigue manteniendo amistad con gente de aquel bloque?

—Tengo una magnifica relación con Jaime Romero, Diego Rico o Cabrera. También mantengo una gran amistad con Borja Bastón. El otro día quedamos en Madrid aprovechando que no jugaba por el parón de selecciones.