Zaragoza y Huesca. Vecinos para siempre, rivalidad constante, dos ciudades tremendamente distintas por el tamaño de una y de otra. La importancia para la comunidad de una urbe que aglutina a la mitad de toda la población de Aragón y la pequeña, acogedora y bonita Huesca.

A nivel de clubs sucede lo mismo. Casi 35.000 localidades caben en La Romareda y 5.500 de El Alcoraz. El Real Zaragoza ha saboreado las mieles de los títulos y la Sociedad Deportiva Huesca, hace sólo quince años, estaba en Tercera División. Dos mundos, dos realidades muy distintas frente a frente, cara a cara, que el sábado no valdrán de casi nada.

Del pasado no se puede vivir. La progresión de los oscenses, mejorando dando pasos cortos pero certeros a todos los niveles estructurales, parece no tener techo. Al menos no se le vislumbra de momento, y en el césped se está notando. Los blanquillos siguen peleando por salir del pozo de Segunda División, un lugar que no le corresponde por historia, pero todo ello confluirá a las 18.00 horas en La Romareda. Y con el Huesca por delante en la clasificación. David contra Goliat, el grande contra el pequeño. Todo eso da igual. Once contra once, un balón y campo. A jugar.

Historias muy distintas / El Real Zaragoza sabe de sobra a qué saben la gloria, los triunfos y los títulos. 59 temporadas en Primera, 19 en Segunda, 9º en la clasificación histórica de la Primera, subcampeón de Liga… Cómo olvidar la Recopa, la noche en la que ardió París y que elevó a Nayim y al resto de aquel mágico equipo al Olimpo del fútbol. Los goles de Los Magníficos, la garra de los Zaraguayos, la falta de Rubén Sosa, el penalti de Higuera, Yordigol sentenciando al Celta en La Cartuja o el 6-1 al Real Madrid.

Duele ver a todo un Real Zaragoza en Segunda División, pero es la consecuencia lógica de no haber hecho una buena gestión. Se está peleando por volver, contando más con la garra que otorgan solo aquellos que han mamado zaragocismo y que saben lo que es llorar por el escudo del león, los canteranos.

La Sociedad Deportiva Huesca viene de pelear en el barro y subiendo como la espuma desde la humildad. Eso le ha llevado a estar, a día de hoy, por encima del Real Zaragoza. E incluso a sacarle 21 puntos esta misma temporada. Son ocho cursos en Segunda División, la primera vez en la campaña 08-09, 17 más en Segunda División B y 30 en Tercera.

Hace relativamente poco, a principios de siglo, peleaba por subir a la tercera categoría del fútbol español con el Figueruelas, Teruel, Fraga o Zuera en un Alcoraz que, como el buen vino, mejora con los años gracias a la inversión y el cuidado constante. Y de hecho, el rival al que más se ha enfrentado en toda su historia es al filial del Real Zaragoza, en 58 ocasiones.

Hoy lucha por subir a Primera, nada más y nada menos. Y todo ello tras una histórica promoción de ascenso. La ciudad, de poco más de 50.000 habitantes, quiere vivir el sueño de la élite y lo tiene al alcance de la mano. Ganando en Zaragoza, ciudad con casi 600.000 habitantes de diferencia, lo tocarán con los dedos.

Sobre el campo no hay diferencia. Siempre se dice que un derbi no hay rival pequeño y que, por muy bien o muy mal que vaya uno u otro, puede suceder cualquier cosa. De hecho, desde que ambos equipos se encontraran en la 08-09, la igualdad ha sido la tónica dominante en los duelos aragoneses. Tres victorias zaragocistas, todas por la mínima, tres empates y un triunfo oscense, el de la primera vuelta por 3-1 en El Alcoraz.

El sábado todo dará igual. La historia no se olvida, faltaría más, pero no sirve para ganar partidos. Uno viene de abajo y creciendo y otro pelea por volver a ser el que era antaño. Los dos están para ascender, llámese de forma directa o a través de la promoción. Ambos pueden estar en junio en Primera División, ambos necesitan los tres puntos y ambos estarán arropados por miles de gargantas bajo una misma bandera, la cuatribarrada. Habrá nervios, tensión, espectáculo, goles, quizá hasta expulsiones. Dos tendencias, dos historias, dos clubs muy distintos se juntarán sobre el césped de La Romareda. Que gane el mejor.