El Camp Nou marca hoy (16.15 horas) un día clave por la Liga, dominada por el Barcelona y discutida por el Atlético de Madrid, separados por cinco puntos y enfrentados los dos en un duelo enorme y apasionante, con Lionel Messi y Antoine Griezmann al frente de las ambiciones de sus equipos. Un choque de indiscutible transcendencia, mayor para el conjunto rojiblanco, el perseguidor, que para el azulgrana, el líder invicto, consciente de que una victoria sentencia prácticamente la Liga, pero avisado de que una derrota reabre un campeonato que parecía suyo no hace mucho, cuanto tenía once puntos de renta.

De eso hace ya seis partidos, en las que paso a paso ha ido bajando su ventaja por empates propios y por las victorias del Atlético, que nunca ha desistido, insistente en un desafío aún muy exigente, difícil, pero no tan imposible como parecía entonces. No sentía nadie tan cerca el Barça desde la decimoquinta jornada. La Liga está de nuevo en juego, comprimida en cinco puntos y en dos equipos repletos de futbolistas incontestables en su once.

Sin apenas descanso, con dos partidos por semana, ni margen para las rotaciones, Valverde ha tenido que echar mano de todos sus titulares en demasiadas ocasiones, y el equipo ha ido perdiendo brillantez y eficacia. Aun así, los catalanes siguen invictos en el campeonato. Hoy saldrán con su once de gala, con una duda solo: Paulinho o Coutinho.

Enfrente, el Atlético está en racha. Mientras su técnico, Diego Simeone, explica que la Liga no es imposible, que su equipo ya logró ganarla en 2014 por encima de Barcelona y Real Madrid, seis victorias consecutivas demuestran con hechos que el conjunto rojiblanco aún cree en ganar la competición. Nunca ha desistido y ya es la única alternativa al dominio de la cima del Barcelona. Ahora pretender animar la Liga y repetir el 1-3 del 2006, su última victoria en el Camp Nou.