El Ebro cerró ayer una temporada histórica en la que el club aragonés acabó en sexta posición y clasificado para los puestos de Copa del Rey. Con el objetivo de la permanencia cumplido, y el sueño de acceder al torneo copero realizado, tocaba ser aún más ambicioso, ya que los chicos de Emilio Larraz se ganaron a pulso tener opciones para luchar por la promoción de ascenso a Segunda División. Pero la fantasía terminó por desvanecerse después de la derrota del equipo aragonés en Mallorca frente al Atlético Baleares (3-1).

El partido no fue sencillo para los zaragozanos. El combinado balear se jugaba la permanencia en este encuentro final que contó con más de 2.000 personas en las abarrotadas gradas de Son Malferit. Hugo Díaz adelantó a los locales tras aprovechar un desajuste defensivo para plantarse solo ante la meta aragonesa y marcar con facilidad. Fullana puso el segundo en el marcador desde el punto de penalti para poner tierra de por medio. El resultado era muy adverso para el bloque arlequinado, que estaba obligado a remontar si quería tener opciones para la promoción.

David Mainz acortó distancias en el marcador tras recibir una pelota que Borja Martínez peinó con la cabeza. El partido llegó con un marcador de 2-1 al descanso. El Ebro tenía opciones de remontar y así lo demostró en los minutos iniciales del segundo acto, con los de Larraz volcados en el ataque.

El colegiado pudo expulsar a Hugo Díaz, pero no le mostró la segunda amarilla tras tocar el balón con la mano. Minutos después, Pajarero sí recibió la segunda amonestación tras un forcejeo con Canario. Tras esta acción, Emilio Larraz fue expulsado por primera vez en estas tres temporadas en Segunda B. Pese a la diferencia numérica, Emilio Larraz se jugó el todo por el todo quitando al defensa Tiago Portuga y metiendo al centrocampista Puig. Los zaragozanos, pese a estar con uno menos, pusieron cerco a la meta de Aulestia. Javi Bolo pudo empatar poco después, pero remató forzado con la cabeza y el balón se marchó fuera. La sentencia llegó después de que Kike López rematase con la cabeza un córner para poner el 3-1 final.

El Baleares celebró su permanencia y el Ebro se quedó con un leve regusto amargo tras no haber podido conseguir ser equipo de playoff. Sin embargo, esto no debe de empañar la extraordinaria campaña.

EL AÑO DE LO IMPOSIBLE

El Ebro cerró en Mallorca un año para la historia. El conjunto zaragozano ha conseguido a lo largo de esta temporada salir del anonimato para ser considerado una entidad de gestión ejemplar, tanto en lo deportivo como en lo institucional. El club arlequinado ha conseguido demostrar que sin dinero también se pueden hacer grandes logros.

Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría han llegado a la última jornada de Liga con opciones matemáticas de lograr arrebatarle al Cornellá la cuarta posición. Sin embargo, el conjunto catalán venció su compromiso en Sagunto, por lo que el Ebro no hubiera podido ser equipo de playoff, independientemente de si hubiera vencido en Mallorca. La derrota ante el Baleares bajó el telón a una temporada magistral de la escuadra zaragoza en Segunda B. Un año que ha cambiado la trayectoria del conjunto zaragozano.