Cinco jornadas consecutivas empatando habían anclado al Ebro en ese puerto fantasma del que no se sabe a ciencia cierta si felicitarse o enviar un mensaje de preocupación. Necesitabs un triunfo para ratificar la dificultad que supone ganarle, pero sobre todo para avanzar a una velocidad mayor hacia lugares menos comprometidos de la tabla. El Atlético Baleares, rival directo en la pelea por la permanencia, era el adversario ideal y los zaragozanos no defraudaron. Dos goles de Adri Cuevas distanciaron en el marcador a los futbolistas de Emilio Larraz, que vieron acercarse a su enemigo en el minuto 60 con un tanto de Fullana. Los del Carmen, sin embargo, resistieron hasta el final con un 2-1 que les permite navegar de de nuevo con más tranquilidad.