La gimnasia rítmica es una de las especialidades con más pujanza en la Agrupación Deportiva Pirineos. En el colegio Sagrado Corazón, que está situado en el barrio del Actur, este deporte está adquiriendo en los últimos años tanta fuerza como el básquet, el atletismo y el fútbol sala. La coordinadora de este deporte es Teresa Martín, que dirige una sección con 81 niñas en promoción y 36 en competición. Tiene la ayuda de tres técnicas, en promoción Inés Alejandre y María José Tobías y en competición María Lobera y la propia María José Tobías.

Pese a su juventud, puesto que tan solo tiene 21 años, Teresa Martín tiene gran experiencia y lleva muchos años vinculada a este deporte. «Formé parte del Club Escuela Gimnasia Rítmica y participé en los Campeonatos de España individuales y por conjuntos. Como entrenadora trabajaba en Cristo Rey y llevo cuatro años en Pirineos, el primero de prácticas», dice Martín.

La Agrupación Deportiva ha llegado este año a una cifra récord puesto que un tercio de los alumnos practican algún deporte. «En gimnasia ahora tenemos cinco conjuntos en competición y cuando llegué había tres». La niñas de promoción se entrenan dos horas a la semana repartidas en dos días, mientras que las de competición cinco, hora y media entre semana y otras dos el fin de semana.

Las niñas de promoción tienen una edad máxima de doce años y estudian desde infantil a sexto de Primaria, mientras que las de competición tienen hasta 17 años y son de primero de Primaria a Bachiller. «De momento toda su trayectoria la realizan en el colegio y compiten a nivel autonómico. Pero si destacaran podrían pasar al Club Escuela».

Con el equipo de competición se prepara el Torneo de Promoción, que cuenta con tres fases, incluida la final, junto al Torneo de Primavera. «Comienza en marzo y termina en mayo. Esta competición es federada. También nos invitan de otros clubs de Caspe, Monzón, Ejea y Utebo». Todas las niñas de promoción pertenecen al colegio, mientras que en las de competición también hay algunas de otros centros. «Cuando terminan el horario escolar se entrenan de cinco a seis y media», afirma Martín.

El último fin de semana de mayo se organiza el Día del Deporte. «Las gimnastas realizamos una exhibición mostrando todo lo que se ha hecho durante el curso. Se realiza una foto a cada sección, se entregan camisetas, sudaderas y trofeos». Los entrenamientos se suelen realizar en el propio pabellón. «Ahora tenemos un tapiz nuevo, aunque el viejo lo seguimos utilizando. Cuando no podemos usar el pabellón al coincidir con otras secciones, tenemos una sala con espejos donde trabajamos la expresión».

La técnica afirma que la filosofía es «educativa. Les enseñamos valores como el respeto y el trabajo en equipo. Queremos educar a través del deporte». En cuanto a la compatibilidad de estudios y deporte, indica que «como es un nivel autonómico, pueden llevar bien los estudios. Hay que organizarse bien, pero si no llevan bien los estudios, las pueden quitar los padres». El colegio tiene cinco equipos. Son dos juveniles y uno infantil, alevín y benjamín. A nivel individual destacan las cadetes Blanca Pérez, Lucía Siminago y Eva Otal y en categoría benjamín, Rocío Ros e Irene Goñi.