Negarlo sería del género idiota. De hecho ya me he puesto el pin del Real Zaragoza y todo. Es evidente que hay un sentimiento detrás y mucha ilusión. No pude jugar en el primer equipo (militó en el Deportivo Aragón) y resulta que ahora voy a entrenarlo», afirmó ayer Raúl Agné en su presentación oficial como nuevo entrenador del Real Zaragoza. No obstante, el técnico aragonés añadió: «Pero no deja de ser un reto importante y lo más importante es el club. Debemos ser conscientes de que el Zaragoza no está donde se merece. Con la ayuda de todos vamos a intentar tirar para adelante. Yo estoy convencido de que irá bien, pero no me quiero poner más responsabilidad de la que me corresponde por el simple hecho de ser de aquí y de haber estado aquí, aunque es cierto que vengo a una ciudad donde he vivido muchos años y donde tengo muchos amigos. Indudablemente el reto es bonito, apasionante y estoy convencido de que todo irá bien».

Agné se hace cargo del equipo en plena crisis deportiva tras seis jornadas de Liga sin conocer la victoria, pero tiene asumida la situación. «Es cierto que últimamente me está tocando trabajar en estas condiciones, pero cada club es distinto y cada plantilla es distinta. Lo que es evidente es que yo no estaría aquí si las cosas fueran como todo el mundo quisiera. Lo primero que hay que hacer es ver cómo están los futbolistas e intentar que recuperen la famosa confianza. Que entiendan que son buenos jugadores, que crean en ellos, porque estoy convencido de que son un buen equipo, como muchos de la categoría, y que pueden ganarle a cualquiera. La fórmula es entrenar y trabajar», afirmó.

El nuevo entrenador del Zaragoza fue un defensa con mucho carácter durante su etapa como jugador y ahora también está catalogado como un técnico con mucho temperamento. «Tenía temperamento y lo tengo. Soy de aquí y me he criado así, pero desde esta posición no es lo mismo que en un campo de fútbol, aquí al menos no te dan patadas. No voy a ir con una vara dando palos, pero si tengo que decir las cosas me gusta decirlas a la cara de y mirando de frente», comentó.

Raúl Agné considera que la plantilla del Zaragoza tiene nivel suficiente para competir por estar arriba en Segunda. «Yo no estaría aquí si no estuviera convencido de que hay un buen equipo y que le puede ganar a cualquiera. Sería absurdo. Yo creo que en ellos y haré que ellos crean. Al final juegan ellos. La situación es la que es, pero descubriremos el por qué y a partir de ahí intentaremos sacar la mejor versión del equipo, pero no tengo ninguna duda de la calidad del equipo», dijo el preparador.

Pero no quiso hablar en ningún momento de un posible ascenso y sí de ir semana a semana. «A mí la experiencia me ha enseñado a vivir en el ahora. Y el ahora es ir a entrenar esta tarde (ayer dirigió ya el primer entrenamiento) e intentar ganar el sábado. La obligación del Real Zaragoza, por historia, por prestigio, por la ambición de todos, es intentar ganar todos los partidos, pero ir más allá de esta tarde y del partido del sábado no tiene ningún sentido», afirmó Raúl Agné.

Y al ser cuestionado por la posibilidad de que venga ahora algún refuerzo para cubrir la vacante dejada por Wilk lesión puntualizó: «Les he visto jugar mucho, pero no les conozco porque a los grupos y a las personas no las conoces hasta que no estás trabajando con ellos. He venido a trabajar con los jugadores que hay y luego ya valoraremos si es necesario algún jugador».

También declinó la posibilidad de apostar por un sistema de juego fijo, aunque en otros equipos ha utilizado habitualmente un esquema 4-4-2. «Jugaremos para intentar ganar todos los partidos. No creo en los sistemas. Lo que debe hacer un entrenador es analizar y valorar los futbolistas, su naturaleza, y darles lo que les conviene. En ese sentido creo que te tienes que adaptar un poco a ellos. Para ganar hay que hacer goles y atacar», explicó.

Agné debutará el sábado contra el Almería, en La Romareda, y tendrá poco tiempo para preparar ese encuentro, pero confía en que el equipo pueda mostrar ya parte de su filosofía. «No tengo ninguna varita mágica, pero sí que es cierto que en estos días intentaré convencerles y darles unas mínimas herramientas que les puedan dar seguridad. Pero sí que habrá que escoger un camino y unas direcciones. Eso quiero que se vea ya, haciéndolo mejor o peor, y que se entienda hacia donde queremos ir», afirmó.