El Real Zaragoza esperará hasta el final del mercado, hasta el 2 de septiembre, final del plazo para fichajes que no sean jugadores que vengan del paro, para hacer el último refuerzo que tiene previsto: un central. No hay dinero para más. Si Álvaro se va, serían dos, pero la esperanza es que siga y que solo haya que incorporar a un defensa, un jugador que Herrera quiere que se mueva como central zurdo y que tenga salida de balón.

El club baraja diferentes opciones, pero esperará a los movimientos de última hora, porque la disponibilidad para acometer la llegada de ese defensa es escasa y el club no depende de sí mismo en las negociaciones. Esperará a que esa recta final traiga algún abaratamiento en algunas de las operaciones iniciadas.

CABRERA Y TÚÑEZ El Zaragoza todavía mantiene el diálogo con Cabrera, pero aún no puede convencer al jugador en su desvinculación del Atlético. Lo más probable es que el uruguayo se quede sin ficha y salga en enero del club rojiblanco y libre, sin la opción de recompra que en el Manzanares se pretende incluirle. Con Túñez (Celta), al que tuvo Herrera en el conjunto vigués, hubo contactos hace diez días, pero su llegada al Zaragoza se escapa por ahora por parámetros económicos, por la ficha del central (en torno al medio millón), que todavía no ha encontrado equipo --Dinamo Zagreb o Dinamo de Moscú son algunas de sus opciones--. Túñez prefiere jugar en Primera, pero quizá los últimos días del mercado propicien un cambio de idea. Otro central en la agenda ha sido Marcelo Silva (Almería), pero no encaja del todo en el perfil deseado por Paco Herrera.