Los caminos de Emilio Larraz y el Club Deportivo Ebro se han separado. La entidad arlequinada hizo ayer oficial mediante un comunicado la marcha del entrenador aragonés. Una noticia que ha puesto el punto final a una relación que ha durado tres temporadas, ya que hasta ahora no se había concebido un Ebro en Segunda B sin Emilio Larraz. El preparador zaragozano explicó a este diario los motivos que le han empujado a dar este paso que «no ha sido nada sencillo». De hecho, Emilio se levantó ayer por la mañana «con dudas de saber el camino que iba a tomar. Ha sido una decisión complicada para mí, porque me voy de un sitio donde estaba muy agusto», comentó el exentrenador del Ebro.

El pasado curso hubo un volcán de emociones para el club de La Almozara. Su nombre ha sonado por todo el fútbol de la Segunda B. Ahora el Ebro es un equipo conocido. Más después de la brillante temporada que han hecho. Un equipo con uno de los presupuestos más bajos del temido grupo III. Codeándose con desparpajo ante colosos del balompié, como el Elche, Mallorca o Sabadell. Sin ningún complejo. Venciendo en Son Moix, campeando por el Martínez Valero y haciendo de El Carmen toda una fortaleza difícil de asaltar. Larraz disfrutó de la cara más bonita del fútbol, la de estar cerca de culminar una historia inimaginable tras quedarse a solo un paso de la promoción de ascenso a Segunda División. «Ha sido un año muy bonito. Muy exitoso en lo personal y enriquecedor para todos. La conexión que he tenido con el club ha sido inmejorable. Pero ha llegado el momento de dar un paso y tratar de tener otros objetivos. Es una decisión meditada, no sé si acertada», explicó Larraz.

En los tres años que el preparador zaragocista y su cuerpo técnico llevan trabajando sobre el tapete artificial de El Carmen se han producido escasos cambios. De hecho, el Ebro apenas ha crecido. Su evolución deportiva es envidiable, un club prácticamente desconocido que ha terminado siendo un ejemplo para muchos otros en cuanto a gestión deportiva. Pero el envoltorio que recubre esta institución rompe los sueños de este equipo modesto. «Las circunstancias han cambiado poco en este tiempo. Esto desgasta mucho, porque quieres llegar a cotas que no puedes. Porque el campo, el césped, los apoyos... Todo te limita. Resulta frustrante llamar a tantas puertas y que nadie te abra», relató Larraz.

El preparador zaragozano llevaba meditando esta decisión a lo largo de estas últimas semanas, pero fue ayer cuando se lo comunicó al club zaragozano. Emilio tomó la decisión sin tener un nuevo destino, «de momento no tengo nada, la verdad es que tengo un poco de miedo al vacío. Pero soy honesto conmigo mismo. Espero que alguién confíe en mí. Creo que me he ganado una oportunidad para afrontar un reto ambicioso».

La opinión de Jesús Navarro /Emilio Larraz se despidió explicando que sus años en el Ebro han sido hermosos y llenos de buenas experiencias. Una declaración que casa con la del presidente arlequinado Jesús Navarro. El mandatario explicó que «nos hemos quedado algo tristes por su marcha, pero la vida sigue. El Ebro no se termina sin Emilio Larraz. Ahora tenemos que buscar al mejor sustituto para continuar con nuestro proyecto. Emilio ha sido un grandísimo profesional, uno de los artífices para que este equipo haya podido llegar con posibilidades de ascender a Segunda División y clasificarnos para la Copa del Rey. Algo que jamás habríamos imaginado. Solo tenemos palabras de agradecimiento para Emilio y le deseamos todo lo mejor», dijo Jesús Navarro.