El El Real Madrid cerró la Liga con un empate intrascendente (2-2) ante el Villarreal en La Cerámica en un duelo que el equipo de Zinedine Zidane encaró más como preparación y pensando más en la final de la Liga de Campeones en Kiev ante un rival que fue de menos a más.

Además, el Madrid, que al revés que su rival brilló en la primera parte y bajó en la segunda, se encontró con un Villarreal que tenía asegurado el quinto puesto antes de empezar el partido, lo que pudo influir en que al equipo local le costase entrar.

El Real Madrid, en el que de salida destacó el debut de Luca Zidane -hijo del técnico- en la portería, salió más metido en el partido, con más llegadas a la meta defendida por Andrés Fernández, que vería cómo, tras intentos de Ramos y Cristiano, el galés Gareth Bale rompía el empate a los 11 minutos con un tiro ajustado.

Aunque el Villarreal subió ligeramente su intensidad, no era el equipo de otros días. Sin que el partido tuviera un juego brillante, era el Real Madrid el que mejor se manejaba en el partido apretando cuando lo necesitaba y muestra de ello fue que a la media hora de juego el debutante Luca Zidane apenas había pasado por aprietos. Para ratificar estas sensaciones Cristiano Ronaldo hizo el segundo tanto madridista a los 32 minutos de juego tras una jugada de Isco, que conectó con Marcelo para que el brasileño centrase a la cabeza del portugués para definir.

El Villarreal afrontó la segunda parte con más ímpetu y fruto de ello a los tres minutos de reanudarse el choque forzó una falta al borde del área que obligó a Luca Zidane a aparecer ante el tiro de Sansone. También pesaba en el bajón de los visitantes la final de la Liga de Campeones que deben afrontar el próximo sábado. El colombiano Roger Martínez marcó a los seis minutos de entrar, en el 72, su primer gol desde su llegada en enero. Batió a Luca Zidane con una gran tanto por la escuadra. Y Samu Castillejo firmó el empate en el 85.