Montañeros de Aragón es una de las instituciones zaragozanas con mayor solera. Con más de 2.000 socios, la entidad situada en la Gran Vía ya tiene 87 años de vida y desde que se fundó con Lorenzo Almarza como presidente y hasta ahora, que la dirige Ramón Tejedor, ha contado con montañeros legendarios como Alberto Rabadá, Ernesto Navarro, Pepe Díaz, Ursicinio Abajo, José Antonio Bescós, Pepe Garcés, Carlos Pauner o Manu Córdova. Han llegado los nuevos tiempos y Montañeros es un hervidero de actividades entre las que destacan el montañismo, el senderismo, la escalada y los trekkings por todo el mundo.

Una sección de nuevo cuño es el barranquismo y espeleología. Empezaron a realizar actividades el año pasado. La dirige Edgar López y, pese a su juventud, es una modalidad que cada vez tiene una mayor aceptación. La temporada comienza este fin de semana con la realización de un cursillo de iniciación al barranquismo. "Es muy básico y buscamos que la gente se divierta de una forma segura. Queremos que los iniciados aprendan a progresar con alguien que sepa más que ellos. Así, se posibilita que descienda el indice de siniestrabilidad. La montaña no ha tenido nunca tantos accidentes como ahora y hay que evitarlo desde el principio con una base sólida", afirma Edgar López.

Al cursillo se han apuntado nueve personas y los monitores serán Edgar López y Juan González. "La normativa en Guara indica que el ratio es de ocho personas por guía. Vamos a hacer barrancos muy sencillitos y tendremos muy en cuentala climatología", dice López.

La antesala

La antesala del cursillo llegó ayer en la sede del club con la presentación de la actividad y las clases prácticas. "Comenzó a las siete y media. Entre los temas que se trataron destacó la preservación del medio ambiente. El barranquismo es un deporte joven y cada vez con más practicantes. El medio acuático es muy sensible, se dañan los ecosistemas y hay que concienciar a la gente para que no tire basuras", afirma.

La tarde se cerró con una mesa redonda que trató sobre la seguridad. "Expusimos una situación que tuvo como desenlace un accidente. Muchos son por errores de planificación y por exceso de confianza. Se subestima la actividad y después llegan los errores", afirma López.

Para realizar esta actividad hay que pertenecer al club y tener tarjeta federativa. Tienen que pagar una cantidad para apuntarse al cursillo y se les proporciona material a los barranquistas. Mañana todos los cursillistas con los monitores quedarán en Adahuesca, donde estarán alojados en un albergue. "Depende de la climatología realizaremos un barranco seco. El domingo la previsión es más favorable y nos meteremos en el Formiga, un barranco acuático. Este lugar tiene más facilidades para que se aplique todo lo que se ha aprendido. El Formiga tiene su parte lúdica y permite hacer algún tobogancillo y algún salto", explica.

Entre los cursillistas y los practicantes hay 18 personas que practican barranquismo en el club. "La cosa se empezó a mover el año pasado con un curso de iniciación. Desde entonces se realizaron ocho actividades en la temporada. Este año hemos comenzado con este cursillo y la semana siguiente iremos a otro barranco. En julio llegará otro curso de primeros auxilios", concluye.