Cumplido el objetivo con el que los Hispanos iniciaron el Campeonato de Europa, ahora ya se atreven a soñar con el título. El penúltimo paso, esta tarde en semifinales ante la poderosa Francia (18.00, Teledeporte), no será precisamente fácil.

En el recuerdo quedan las últimas tres eliminatorias de España frente les Experts, todas ellas con un mismo final: victoria francesa. Les cortaron el sueño olímpico en el último segundo de los cuartos de final de los Juegos de Londres 2012 (22-23), les dejaron sin final europea en 2015 (30-27) y les superaron en las semifinales del Mundial del 2015 (22-26).

Francia lleva años dominando el balonmano mundial. Su idilio con la victoria viene de lejos y ya acumulan dos Juegos Olímpicos (2008 y 2012), seis mundiales (1995, 2002, 2009, 2011, 2015 y 2017) y tres europeos (2006, 2010 y 2014). Pero eso no es todo, porque durante la misma década han sido capaces de conseguir el bronce en Barcelona 92, en el Mundial de Túnez (2005) y en el Europeo de Noruega (2008) y coronarse como subcampeones olímpicos en Río 2016. Solo la selección noruega de balonmano femenino, con siete Europeos, tres Mundiales y dos JJOO, les superan. Nadie más.

La consagración llegó en el 2008, en Pekín cuando la Francia de Omeyer inició una época prodigiosa que se puede resumir en un dato: ocho títulos de ocho finales (de 12 posibles) entre el 2006 y el 2015.

En el 2016 cedieron su primera final, en Río ante Dinamarca. Nunca antes la generación de Karabatic había perdido una final. En el 2017 ganaron por enésima vez el campeonato del mundo. Y lo están demostrando en este Europeo, en el que han ganando con solvencia todos los partidos gracias a su líder, el ex azulgrana Nikola Karabatic. Su figura es esencial para entender el poderío francés. Pero también gracias a los jóvenes, que están permitiendo renovar el equipo como el azulgrana Dika Mem, que está siendo una de las grandes revelaciones del Europeo y ya suma 21 goles, tres más que la estrella del equipo, Karabatic.